Bienvenidos

Espero que les gusten las historias. Dejen su marca una vez leidas.

lunes, enero 19, 2009

Vida 14: Socialité

Al entrar en ese lugar se dieron cuenta que realmente les gustaría pertenecer a ese mundo. Un mundo completamente distinto, en el cual todos eran de la Socialité criolla y nacional. Las delgadas mujeres paseándose con sus atuendos y carteras de destacados diseñadores, los hombres luciendo sus corbatas y sus relojes de oro con incrustaciones de diamantes hacían resaltar sus manos, las cuales sostenían las copas de cristal que en la que se apreciaba la inscripción del organizador del evento. La atmósfera era fresca, no hacía demasiado viento y para ser de noche hasta se podía decir que hacía un poco de calor.

Al seguir caminando por el pasto se acercaban cada vez más a los puestos bebida. Frente a ellos no se daban cuenta o simplemente no sabían qué hacer o por donde empezar. Solo bastó con observar a los demás invitados para entender cuál era la dinámica a seguir: esperar un momento, mirar las botellas, estirar la copa y solicitar un poco de vino. En algunas ocasiones se quedaban conversando con los proveedores, ellos explicaban las características de cada una de las sepas que contenía el licor.

Algunas de las miradas daban directo en el blanco, justo para desatar una seguidilla de reacciones a tomar. Un bocado, queso, mariscos y chocolates llenaban el estómago de los jóvenes que a esa altura ya estaban inmersos en el lugar. Vino y más vino, blanco, tinto, rose, latter, espumante. La cata fue un éxito, solo queda la conversación acerca de situaciones y anécdotas que cada uno a pasado en algún momento de sus vidas, esto los ayuda a relajarse del bullicio que esta a su alrededor. Apagan los oídos y solo escuchan sus voces y las risas de quienes importan. Pero la confianza que han alcanzado no la hubiesen logrado de no ser por la razón de la reunión, es decir un poco de alcohol.

Ya a gusto en el lugar continúan su travesía, estirando las copas. Ven como una de las asistentes cae al suelo, pero no se preocupan, saben que es por causa de lo bebido, prefieren hacer algún chiste y luego ríen para olvidar lo sucedido y seguir hablando de los temas de su preferencia, nada muy particular. Los efectos ya comienzan a notarse: los ojos son más achinados, el equilibrio ya no es muy perfecto y lo que más los delata con sus labios morados. Es momento de salir de ahí. Caminan en busca de algún lugar con menos bulla y menos gente. Mientras uno de ellos pasa a los sanitarios el resto sigue su marcha, un poco más allá hay un lugar, sin tantas luces, esperan a que llegue el faltante y se lanzan a la oscuridad. Ven el cielo, las estrellas se ven mejor desde ahí, la luna llena ha comenzado a salir, está amarilla y ha iluminado sus rostros. Fuman un cigarrillo lentamente. El humo se denota por el brillo de la luna. Han acabado y vuelven al punto de partida. Están por cerrar, por lo que deciden irse. Caminan por la calle riendo y cantando alguna melodía que los demás conocen.

Encendidos por el vino se dirigen a la ciudad, desean moverse un poco, bailar. La noche es joven y al día siguiente nadie tiene algún compromiso que cumplir. Por lo que se van a bailar. El local que deciden ir es conocido. Al ingresar sienten el calor que confiere la gente. Logran saludar a algunos conocidos. Compran un poco mas de alcohol y se lanzan a bailar. Sus cuerpos se sienten mejores, a pesar de que el espacio en el que se mueven es reducido. Los perfumes comienzan a aflorar con el calor y el sudor de sus cuerpos, son como una especie de feromona que atrae más de alguna mirada de los demás bailarines a sus alrededores.

Es tarde y están borrachos, caminan rumbo a casa, se detienen a comentar lo ocurrido en una esquina. Afloran ciertos temas que estando sobrios no podrían conversar. Las emociones aumentan, a pesar de que caen algunas lágrimas al suelo, finalmente se dan cuenta que son tan humanos como el resto de los demás mortales de la tierra. Son personas que cometen errores, que sienten, que lastiman y que han sido dañados por el resto. No cabe duda de que lo que se viene mas adelantes es afrontar el futuro con dignidad y respeto, tanto a los demás como a sí mismos. Es momento de regresar. Apagar la luz y buenas noches.

sábado, enero 03, 2009

Vida 13: La Sensación Recorre El Cuerpo.

Uno simple cree conocer a los que lo rodean, lamentablemente nunca es así. Nunca se termina de conocer a las personas. Ni si quiera yo mismo me conozco, eso claro está. Te conocí por medio de algún contando de msn sólo por motivos profesionales, pero se dieron dando las cosas y conocí lo que había detrás, no del todo, ero por lo menos lo que me decías o contabas. Tú vida no ha sido fácil, pero la mía tampoco. Desde la primera vez que te vi, surgió algo, no sé aún qué es, pero lo sé. Me identifiqué con lo que te ocurría y te comprendía muy bien. Pasaron los años y más unido te vi a mí.

Algunas cosas quedaron atrás – creo – y aquí me he lanzado a un abismo sin fondo. Es tiempo de conocerte un poco más, o por lo menos tratar de hacerlo. Me has recibido al igual que la primera vez: amable, agradable y con la cordialidad por delante. Se ha ido una de las causas de tus problemas. Quedamos solos. Eres tan inocente que no sé qué diablos hacer. No hay ninguna mención. Tomamos once, comemos como si nada fuera a pasar, es más te he acompañado a comprar cosas cotidianas al supermercado. No hay ni una gota de alcohol, solo la inocencia encubierta de cada uno de los dos. Debes asistir a trabajar temprano en la mañana, pero te quedas esperando que alo pase. Alguna señal, algún indicio, alguna provocativa. Lo siento, no sé qué hacer, excepto segur un pequeño juego de luces y asertividades. Lo dejamos de lado y seguimos conversando. No me he dado cuenta de los dardos que has lanzado desde que quedamos solos. Nunca creí que la sonajera de mi cuerpo, alguna vez fuera el eslabón de una sequita de acciones. Tratas de imitarme. Lo logras. De un momento a otro estas a mi lado. Las cosquillas hacen un efecto asertivo e hipnótico en mí. De pronto me abrazas, te sigo ese juego, hasta que siento por completo el aroma de tu perfume que me tiene vuelto loco desde que estamos solos en aquel espacio del que alguna vez creí conocer desde antes. Uso mis manos para acariciar tu piel blanca y tersa. Un respiro da iniciativa de lo que sucederás en unos instantes. Ya mis manos no solo tocan tus manos. Mis labios solo quieren seguir sintiendo los tuyos. Mi lengua junto con la tuya ya ha formado más de algún nudo. En la cama eres estupendo, pero no dejas entregarte a la pasión como tantas veces me prometiste. Sólo una relación de quinceañeros ha dejado pseudosatisfechos. Debes trabajar.

Al reaccionar ya es tarde. No llegaste a la hora. Llamas urgente con la excusa: voy llegando a la ciudad, vengo de la capital. Te creen, pero a mi no me engañas. Es obvio. Te despides con un beso en la mejilla y te vas. En la tarde estoy en las nubes, nada podría haber sido mejor. Pero al llegar me doy cuenta de lo que ha sucedido. Soy humano, también fui criado con Disney. Los cuentos de hadas no existen. Cuesta darme cuenta del asunto y hago caso omiso a lo que dicta la realidad. Estoy segado por la fantasía.
A la noche salimos. Conozco a los tuyos. Bebemos un poco. Bueno tú mucho menos que yo. Estas cansado por el largo día. En cambio yo sólo creí que el cuento no iba a terminar. Estoy ebrio, ya es tarde y al llegar a juntos a casa lo único que haces es tirarte sobre la cama y dormir. No queda otra que hacer lo mismo. No pienso otra cosa: por favor despierta y concretemos lo de la noche anterior, pero Morfeo tiene otros planes para mí. En un momento me despierto acalorado. No reacciono bien y trato de alejarme, al darme cuenta eres tú con alguna insinuación de lo que pretendía antes de quedarme dormido. El sueño y el alcohol juegan en contra. Nunca me atrevería a faltarte el respeto y por la misma razón parezco un santurrón. Espero que siempre tomes la iniciativa.

Sigo en tu cama a la espera de que me preguntes: ¿Cómo estas?, ¿Cómo amaneciste, Necesitas algo? Pero nada de eso pasa, solo me llamas a almorzar. Aquí nada ha pasado. Sigues trabajando en la casa. Trato de no molestar en tus quehaceres. Pero al terminarlos te vas a la pieza a descansar. Te entiendo por completo. Algún día pasaré por lo mismo. Tienes frío e insisto que la causa de eso es por la falta de alimento. Te convido a comer. Aciertes con un si. Bajamos sin apuros. El local dónde íbamos está colapsado, por lo que vamos a otro, la demora hubiera sido la misma si nos hubiésemos quedado en el primero. En medio de la comida me llaman al celular. Es un amigo que viene llegando a la ciudad y solo quiere salir a distraerse un momento, por no decir que se quiere lanzar a la vida antes del fin de año. Accedemos sin ningún problema.
Ya en el local, estás frío, sin expresión ni ganas de bailar, a excepción de los temas de tu cantante favorita. Me regocija verte brincando y cantando los tonos de los coros al ritmo de los pasos que das a compás de los temas que más conoces o llaman tu atención. Saludas a unos pocos mientras esperamos a quién me ha llamado hace unos momentos atrás para salir. Sigues serio sin expresión facial a menos alguna de nuestras miradas de cruces. Das una sonrisa que me derrite el alma, pero que solo es de unos pocos segundo. Al llegar el invitado saluda con la bienvenida a flor de piel, conversas y da la sensación de que se llevan bien. Los temas son adecuados para el invitado y para mí. Ya nos conocemos hace tiempo, sabemos como podríamos reaccionar ante alguna situación de complicidad. Tú mente sigue ausente hasta que ves a alguien de tu confianza. Lo conoces y te cae muy bien.

Las cosas se dan y nos separamos en algún momento de la noche. Para mi la conversación con el recién llegado de mi amigo es agradable, de eso no cabe duda. Al volver a encontrarnos la función de ese local ya ha terminado. Esperamos un momento a ver qué sucederá con el resto de las personas. Me mencionas que tú amigo se irá con nosotros a casa. La envidia recorre de inmediato por las venas. Trato hacerme el desentendido. Despachamos a mi amigo en una de las esquinas del local. Tomamos un taxi rumbo al hogar. Trato de mantener una conversación sin importancia para los dos. Tú invitado ya se ha quedado dormido en medio del viaje. Trato de lanzar algunas señales, pero no me logras entender. O por lo menos eso creo. Al bajarnos del taxi y caminar rumbo al hogar te vas más adelante con tu invitado. Lo llevas del gancho para que no pierda por completo el equilibrio afectado por tanto alcohol que ha bebido. Me quedo más atrás y aprecio esa imagen. Como desearía que él fuera yo. Saco un cigarrillo y lo enciendo dejando pasar unos pasos más adelante. Trato de mantenerme sereno ante esa imagen que perturba mi mente por unos segundos. Lamentable mente no creo que pueda hacer mucho. Emprendo nuevamente la caminata, tratando de dar pasos largos, firmes y seguros. Al llegar a tu costado te tomo la mano en un acto de sumisión, simplemente deseo un poco de cariño tal como la primera noche que estuvimos juntos. Tomas mi mano y la aprietas dándome seguridad. Segundos después la sueltas al darte cuenta de que eres observado por tu invitado. No cabe duda de que también suelto tú mano para no incomodarte más. Sigo caminando más atrás. Con el mismo cigarrillo que está por acabar enciendo otro. La desesperación invade mi ser. ¿Cómo será la distribución de las habitaciones? ¿Dormiré en el sillón, en el colchón que me asignaste, contigo, con él o solo? Rápidamente al entrar en el hogar me meto al baño, escucho desde ahí como habas con él acerca de un jugo en polvo que han preparado, me miro en el espejo y me pregunto: ¿Qué mierda hago aquí invadiendo un lugar que creí pertenecer pero del cual no soy nada más que un simple invitado? Mojo mi rostro con agua fría – tal vez así termine de pensar tanto – Al salir del baño ya no se escuchan voces en el living. Lo peor viene a mi mente: Se han ido a dormir juntos. Hago de cuentas que busco algo y me dirijo directamente al living. No están ahí, sigo en búsqueda de algo que ni yo mismo sé lo que es y voy a mi habitación. Desde ahí miro por un espacio que ha quedado en la puerta a medio juntar de la habitación. No hay nadie tendido en su cama. Pero tú tampoco estás. Me meto en mi pieza a sacar las ropas que a esta altura ya molestan por el calor que ha producido la caminata hasta el hogar. Miro nuevamente y apareces tú. Me miras y sonríes. Pregunto: ¿Dónde está tu invitado? Pero no hay respuesta. Tal vez he preguntado muy bajo y no me has oído. No pregunto nuevamente. Simplemente me encierro en mi habitación y tomo un libro que ya he leído su final, pero simplemente lo estoy leyendo nuevamente impulsado por uno de sus capítulos. Entre sus líneas habla de algo similar a lo que está sucediendo en estos momentos. Prefiero no seguir con la lectura y hacer lo que mi corazón manda: salir de la habitación y ver qué es lo que sucede al exterior. El panorama no es muy alentador: la puerta de enfrente ya no está junta, simplemente la ha cerrado. No soy ningún metiche. Prefiero imaginar que el invitado se ha marchado por las suyas y esperas que yo golpee tú puerta para saber si puedo entrar y dormir contigo... No lo haré. He cerrado mi habitación esperando que me dijeras: ven y hazme compañía. Si lo hubieses pedido lo haría, pero no soy ningún adivino. Espero que mañana me confirmes: Si se fue antes que salieras del baño. Pero me gustaría más escuchar: Tonto, por qué no entraste a dormir conmigo. Soy realista y no lo harás. Mañana llega la ley y me quedaré callado. Esperaré que sea la hora para ir a pasar el año nuevo con algunos de mis amigos que me han invitado a pasarlo en su casa. Tal vez te vea en la noche en uno de los carretes del nuevo año en una de las discos del puerto, pero creo que dormiré esa noche allá y al día siguiente me conectaré al msn y te hablaré como si nada hubiera pasado, me preguntarás que es lo que me pasa y nuevamente negaré los sentimientos. Tal vez cuando volvamos a nuestras vidas cotidianas, te explique lo que ha pasado y lo quinceañero que me sentí a tu lado. Pero por favor no me des esas explicaciones de corazón, simplemente usa la razón para romper la falsa ilusión que he tenido en todo este tiempo y para que la vida siga adelante, tal como lo ha hecho a tanta distancia.

jueves, diciembre 18, 2008

Historia 20: Podría Ser Brillante.

Estoy cubierto por espinas. Todas aquellas rosas que te di y que guardaste clavan sus espinas en mi cuello y espalda. Trato de moverme, pero siento como corren algunas gotas de sangre. Sigo en mi maldito intento de liberarme. Las rosas están secas, pero siguen muy rígidas. Trato de romperlas, pero el daño en mis dedos y manos es cada vez peor. Como agujas se lanzan contra la piel desvalida he hipersensible por las quemaduras que ha sufrido mi ser. No era de esperar esta reacción. Nunca me lo imaginé y aún no lo puedo creer. No creo lo que me está diciendo.

El olor a flores frescas era agradable, pero más lo era el perfume de su ser, ese que me puso estúpido y por el cuál caí a sus pies. En increíble lo que hice. Ni yo mismo lo puedo creer. Di más de lo que pude dar. Busque los faros en medio de la noche en ese océano incontrolable. Tú luz me guiaba en medio de la nada. Hasta que el faro dejó de alumbrar. He caído en la oscuridad y será imposible volver a encontrar la brújula de la vida.

Hoy sales una vez más de mi vida y solo puedo pensar: mi ángel guiará en mí caminar por todos los amores de esta soledad. Despierta, ya estás sólo, ese ángel se ha ido tentado por la libertad que tú mismo te encargaste de forjar, ya no hay dioses ni demonios. Solo tú libertad. Pero no me quiero marchar así como así, no por mi voluntad. Quero que me lo digas. Quiero que tengas la suficiente confianza para dejarme ir. Bastante tímida fue la voz que ha dejado escapar las palabras. No me convences, te estás desvaneciendo justo frente a mis ojos.

No es el tiempo a considerar. Ya no es necesario caminar para darnos cuenta de lo que ha pasado. Pero duele saber que hay autonomía, de que al fin te perderé. ¡Ya NO quiero eso, Te Quiero aquí y ahora Junto a mi! por favor desafía al resto y limpia la sangre que ha corrido por aquellas espinas que he clavado en mi cuello. Lava las heridas y la sangre que ha corrido. Que la rosa vuelva a florecer, que vuelva a ser primavera junto a ti. Mi vida ya tiene demasiados inviernos y eres la única persona que no ha dejado que los pétalos de mi jardín de flores caigan al suelo por los otoños que anteceden a mis inviernos de nuca acabar. Vamos, yo sé que puedes una vez más, las raíces siguen un poco húmedas, vuelve a regarlas, pero también sé que ya hay un nuevo jardín en tu vida, que está fértil y que no gastarás tu valioso tiempo en sacar la maleza del mío.

jueves, diciembre 11, 2008

Vida 12: Bomba Humana.

Nuestra vida siempre se ha visto entrelazada por triángulos amorosos. Desde el momento que nacemos, hasta que morimos. Pero por favor no tomen este enunciado como un acto carnal. Por el contrario, como un acto de cariño puro. Así es, desde que hacemos: se supone que somos creado por 2 personas y de las cual sale uno. Madre, padre y tú. Ya va un triángulo. Nace tu hermano/a y se forma otro más: tu hermano/a, tu madre y tú. O cuando estas en el colegio: el mejor amigo, la mejor amiga y tú. Cuando alguno de ellos comienza alguna relación y se produce ese celo de tu amigo o amiga, su novio/a y tú. O tu actual pareja y uno de tus padres, en fin. Siempre habrá algún triángulo. Pero, ¿Qué sucede cuando ya comienzas a mezclar ese raro sentimiento? Si me refiero a algo más que cariño. Cuándo ya es algo más... carnal. Comienzan los caldos de cabeza y la masturbación mental al creer que si lo haces estás mal. Y de hecho lo está. Cuando estás comprometido y comienzas a mirar al lado. O comienzan a mirar mucho a tu pareja. Te olvidas de triángulos y mandas todo y a todos a la mierda. Se te mete un bicho en los sesos que no te deja seguir con tu vida habitual hasta que la terminas de cagar. Y como guinda de la torta te dan alguna mala noticia o algo medio esotérico hueviado te termina de matar lo que queda del año. Después de la tormenta viene la calma, mierda, eso para mi sólo fue un pequeño temporal, por que lo que sucederá después... siempre puede ser peor, o como dicen “Te está lloviendo sobre mojado” si es por eso yo ya estoy inundado, con el agua hasta los cocos y las bolas en la garganta por tanto frío que produce la situación.

“Calma, calma, todo va a estar mejor”. “Solo necesitan tiempo” “¿Y tú, cómo estás?” “Pero todo tiene solución” Los típicos clichés. Dan rabia, pero hasta yo mismo los he dicho en alguna ocasión. Uno nuca cree que le puede pasar a uno, pero cuando pasa, por lo menos en mi caso, me da lata escuchar siempre lo mismo. Ya he pasado por esto y sé muy bien lo que viene. Pero, para generar cambios, primero se deben conocer los problemas. El problema es que no se conoce el problema, entonces ¿Qué cambios se puede hacer? Si no sabes quién está mal, ¿qué más esperar?

Los demás, tú y yo, la mezcla perfecta para crear a un kamikaze, más si le agregas el orgullo y la distancia. Como resultado una bomba humana que explota por lo más mínimo. Todos tenemos un límite y por fortuna no has conocido el mío. ¿Serías capaz de matar por alguien o algo que quieres? Ya lo he hecho y lo volvería hacer. Hablo en serio y sabes muy bien que es verdad. Llámame loco, chiflado o enfermo del mote, pero así me conociste. Sin pelos en la lengua, carreteando. En una mano el vodka, en la otra un pito. En los bolsillos coca y un par de condones. Que linda la primera impresión jajaja. Poco a poco uno va conociendo a las personas, capa por capa van saliendo las distintas manías y sentimientos, hasta que desgarras aquella capa de sensibilidad. Te gusta, es dulce como un chocolate, cariñosa como una abuela y sensible como una rosa. La degustas y quieres un copo más y más. Una exquisita droga que no quieres que acabe jamás. Hasta que esa capa se acaba. Masticas el centro y te das cuenta que lo dulce se convirtió en amargo, lo cariñoso en despreciable y duro como una roca. Todas las drogas terminan por acabar, revolviéndote el estómago y causándote las nauseas que nunca quisiste sentir. Un dolor de cabeza que tardará varios meses en desaparecer. Si tan solo hubiese sabido controlarte y moderarte esto no hubiese pasado, no hubieses conocido el centro de aquel caramelo agridulce. Y si yo no hubiese dejado que lo conocieras no estaríamos en esta situación tan tensa que ya ha acabado. El triangulo ha perdido su forma y a lo mejor cuando el dolor de cabeza se deje de sentir buscarás nuevamente esta droga. Espero que sepas controlarte tal como lo he hecho en todo este tiempo.

Cuando te hablas a ti mismo y no hay nadie en casa, te puedes engañarte a tú mismo. Date cuenta, viniste a este mundo solo... Solo. Estoy viejo de corazón, pero solo tengo 24 años y estoy demasiado joven para dejar al amor romper mi corazón. Pero se está haciendo demasiado tarde. Necesito de ti como elixir de la vida.

martes, noviembre 25, 2008

Hay gente que nunca aprende.

Es bastante complicado definir la palabra amistad, según algunos es “La persona que esta siempre a tu lado cuando más la necesitas” o se suele relacionar con ese cliché “Los amigos están en las buenas y en las malas” o “En las malas se ven a los verdaderos amigos” pero que sucede cuando esa amistad es de un hombre y una mujer ¿Acaso existe la amistad entre personas de distinto sexo? Esa es la pregunta que muchos se debieron realizar cuando estaban en la media o ya bastante grandecitos, cuando se dan cuenta que algo extraño está pasando con esa otra persona que “Siempre está cuándo uno más lo necesita. Para mí son puras ¡Patrañas! la amistad es una relación de interés mutuo por la persona, pero no necesariamente cuando la otra parte lo necesita más, por el contrario no está ahí cuando llega la tormenta, si no cuando ya pasó la calma y viene nuevamente la tempestad. No es quien te apapacha cuando te mandaste un condoro, por el contrario, es el que te escucha y después te agarra a chuchada limpia por haberlo hecho. Y termina diciendo: “Te lo dije” jajaja.

Enciendo un cigarro. Me pongo a pensar en la amistad entre un hombre y una mujer, pero en la época escolar, cuando deseas estar todo el día con la otra parte, pero no das el gran paso por miedo a “arruinar esa linda amistad” siendo que ambos están babosos por darse un beso y declararse su amor eterno. Pasan los años hasta que sales de la media y te das cuenta que eres libre, conoces a mas personas y nuevamente te preguntas ¿Porqué nunca atiné? Te das cuenta que eras bastante celoso y que te daba rabia que te contara que estaba pololeando, que habían salido juntos, o te cuentan si le puedes guardar los condones por la sencilla razón que si la pillan en la casa la pueden retar. Y... ahí está uno, como el hueón. Tapando todo, encubriendo lo que realiza. Pero eres orgulloso o más bien dicho miedoso te quedas callado y no dices nada, pero por dentro los celos te comen las entrañas y te haces mierda los sesos pensando en que se dará cuenta de que tú eres su príncipe azul. Conoces a toda su familia, todas las cosas que hace, que le gustan, es más, conoces hasta los calzones que usa cuando no tiene más ropa limpia que usar.

Pasan los años, esa amistad ya la dabas por perdida por una simple discusión (que se hizo el fin del mundo cuando la tuvieron) hasta que por fortuna te la vuelves a topar. Comienzan a hablar nuevamente se cuentan todo lo que ha ocurrido después de años de silencio. Ninguno de los 2 ha cambiado su esencia, pero siempre quedan algunos cabos sueltos por ahí: los dramas amorosos y las discusiones con los viejos. Pero son detalles. Somos amigos igual. Como en la media, bueno no tanto, la calentura ya se pasó y ese tema se discutió y cerró hace rato. Pero hay algo malo, aún no aprendes algunas cosas en las cuales “Te he dicho o te lo dije” jajaja.

Bastante paternalista contigo, pero es mi esencia mi pequeña dama. Eres la que nunca aprende y por lo mismo te seguiré escuchando y retando.

domingo, noviembre 23, 2008

Vida 11: Porcelana

Luego de ver el Track de una nueva película Chilena, en donde trabaja el Benjamín Vicuña, me he dado cuenta que todos tenemos algún conocido homosexual. Pero que pasa cuándo te das cuenta de que ese “amigo” tiene todo un mundo ficticio guardado en su mente. Que prácticamente para él tú eres su pareja, y lo peor de todo cuando te comienza a exigir mas cosas de las que puedes dar, aparte de la amistad. Se pone celoso de lo que haces con tus otras amistades, te controla la entrada y salida, pregunta con quien andarás y lo que es peor de todo exige que pases mucho más tiempo con él. Uno a veces está dispuesto a hacer algunas cosas, pero ¡por favor! No dejen que les pida tanto.

Son unas de las mejores personas en las que puedes confiar, eso mas que claro está, te dice que hacer, o que ropa ponerte, pero cuando se mete al probador para ver como te quedan los pantalones que te eligió (por que los que a ti te gustaban, realmente eran un asco) eso ya da más a pensar. A veces me he dado cuenta de que son como unos niños chicos que desean satisfacer sus necesidades y solo desean que los mimen. Está bien hacerlo un rato, pero por favor no se suban por el chorro.

Una vez me contó que le gustaba hacer cosas en la cama. Con lo morboso que soy lo escuché simplemente para después agarrarlo para el reveo. En cambio yo prefiero omitir los detalles diciendo: esas cosas son de 2. A lo que me responden muy suspicazmente: “Ya pu, si somos solo los 2 quienes estamos hablando” me sonrojo y prefiero cambiar el tema. En esa ocasión llegaron unos amigos en común que tenemos. Unos son gays, lesbianas, otros heteros y unos que aun no salen del closet, pero se les nota a la legua que les gustan los brillitos y otras raras. Es solo cosa de saber el estilo de música que escuchan: Madonna, Kylie Minogue, Sophie Ellis Bextor, Björk, Spice Girl, Goldfrapp entre otras tantas “Divas del POP” reconozco que algunas canciones son buenas, pero es por el hecho de que mi compadre las escucha todos los días.

El último verano me pidió que lo acompañara a su casa en la playa, ya que sus viejos iban de vacaciones a Brasil. No lo llevaron por que se echó un ramo en la U. acepté con gusto, es bueno probar otros aires u ni cagando me iba a quedar todo el verano en mi casa cuidando a los hijos de la nana (le dieron autorización para que los llevara ya que hay una piscina en el condominio) en pocas palabras me fui a meter a la casa de un cola que me tiene ganas XD pero no lo tomen así, el colifleto como le digo de cariño lo conozco desde que tengo uso de razón, siempre supe que lo era, incluso lo defendía de los compañeros que lo molestaban en la media (Cuando se enteró que iba a postular a una universidad le dio depresión) constantemente lo iba a visitar los fines de semana. A escucharlo hablar de sus rollos amorosos por Chat… es que esta “persona” aquí y esta “persona” allá, hasta que un día le dije: supongo que esa “persona” tiene nombre, lo más probable es que sea de un hueón. Mientras te respete no hay problemas, pero por favor, después no estés llorando como una nenita, aparte que se te corre el maquillaje. Jajaja nos echamos a reír por bastante rato. Después me contó o más bien dicho me confirmó.
En el verano nos embriagamos hasta no poder más. Luego aparecieron los amigos que mencioné mas arriba, una de las minas heteros se lo quiso comer, y el muy tonto quería tratar, aunque le daba cosa. No me quise meter en huevadas así que lo dejé. Al despertar al otro día, no me dirigió la palabra, no entendí el porqué, hasta que le pregunté a la mina antes de irse con los demás. Me dijo que no había pasado nada y que estaba sentido conmigo por que no lo rescaté. Despedí a los invitados ya que la princesita estaba tendida en su pieza. Ordené la cagadita que había quedado y junté los conchos de copete que estaban, subí a la pieza con un jarrón y hielo. Golpeé la puerta y entré haciéndome el loco, como si nada hubiera pasado. Lo obligué a tomar un “copetito” para reponer la caña (eran como las 3PM) y se nos calentó el hocico mierda. Salimos a comprar más a un almacén que queda a unas cuantas cuadras, mientras él compraba el copete, yo me encargué de comprar hierba para amenizar la cosa. Ya de noche medios copeteados sin nada de comida en el estómago y bebiendo parte de lo que compramos llegamos a la casa. Nos tiramos en el pasto y armé el pito: le ofrecí, no quiso, por lo que comencé yo, le decía: esto está muy bueno, prueba, hasta que accedió ya volados los 2 y riéndonos de puras huevadas le expliqué: que yo no siempre iba a poder defenderlo de sus actos y acciones. Me respondió que tenía razón, pero que la noche anterior me odió más. Simplemente por que él quería estar solamente conmigo. Quedé para la caga, seguí bebiendo y fumando. Me llevó como bolsa para muertos a mi pieza. Al despertar en mitad de la noche estaba acostado al lado mió. Me puse de pie y tropecé con un balde lleno de vomito (seguramente el mío) él no se despertó me fui al baño a eliminar esa huevada de balde y al volver a la pieza seguía en la misma posición. Lo único que atiné a hacer fue taparlo y apagar la luz. Me fui al patio un rato y me puse a pensar ¿podría existir el amor entre 2 amigos del mismo sexo? A lo mejor la palabra amor no es la mas adecuada, pero a lo mejor si el cariño y una preocupación por alguien que podría ser hasta tu hermano y a veces tú padre. Te conocen tan bien que no sabes que hacer y te das cuanta nuevamente de que eres un predecible y que cada ves que tú estabas mal ese amigo estaba para apoyarte.

domingo, noviembre 16, 2008

Vida 10: El acusado se declara... Culpable.

Al ritmo, más bien dicho a la letra de cierta canción (que dije alguna vez que era mí) me dan ganas de escribir. Lo malo es que siempre lo hago bajo la influencia de la depresión, la canabis o el alcohol. Esta vez es la última.

Hace bastante tiempo que no nos hablamos y vemos, solo por una estupidez mía. Lo reconozco, pero ya he dado bastantes indicios que deseo hacerlo, solo que en ésta oportunidad he tratado de pagar con la misma moneda, y me ha resultado bastante caro. La moneda a pagar es el orgullo, pero ya no doy más, debo descargarme de alguna forma. No me queda otra que hacerlo como lo normal... escribir. Según lo que he visto también me quieres hablar, pero tú orgullo no te ha dejado, pero duele saber que mandas indirectas bastante directas. Me refiero a los videos que haz agregado a tu lista de reproducción de videos.

Los demás hace un rato me han preguntado si me siento feliz... la respuesta en ese momento fue: “En estos momentos estoy feliz” pero en éstos momentos estoy sólo, ya se han ido y sigo sólo como hace más o menos un mes. Lo único que me acompaña es un copete y un par de cigarros que he sacado de las cajetillas que han traído.

Sabes bastante bien que degusta dormir sólo, pero a la vez contigo. Aunque en el momento estemos enojados me gusta sentir que hay alguien cuidándome. Sabes bastante bien que me gusta y sería fuerte por ti, pero si no estás... ¿Cómo lo puedo hacer? Ni yo lo sé. Son más de 1000 días a tú lado y no puedo dejar de pensar en ti. Por más que trato no puedo, más sabiendo que fui yo quién la cagó.

“Son detalles y parte de la relación” me dicen algunas personas, pero aún así soy débil sabiendo que puedes encontrar a alguien más. Ya lo dije hace unas líneas atrás, tú lista de reproducción da bastante a pensar. Soy pasado a rollos, eso claro está. Pero que más puedo hace o decir si ya has traicionado mi confianza. Por otro lado no soy quién para juzgarte, naciste libre y lo seguirás siendo. Nunca he forzado a nadie. Y nunca lo haré, y mucho menos a ti, eso que te quede claro.

Pido la opinión de los demás y me dan a entender que realmente la cagué, lo siento, ¡no sé que más decir! Envidia siento porque haya pasado esta situación. Visitas a tus amigos. Pero por favor entiéndeme, esto no es fácil.

domingo, octubre 12, 2008

Vida 9: Esa Extraña Sensación.

La sensación es bastante extraña, encontrarse con gente que uno cree que ha olvidado. Más aún cuando esa gente, o mejor dicho esa persona ocupó un lugar en tu corazón.

Según lo que he aprendido, son varios factores que se conjugan para producir esa extraña sensación: clima, canciones, alimentos, olores, carretes, acciones, conversaciones y momentos. En esta tarde nublada me dio por escuchar un disco, mientras lo hacia me recordé de la persona en cuestión. Recordé todo lo que pasamos juntos, lo bueno, lo malo y lo feo. Se rescata lo bueno y doy gracias al poder hacerlo. Pero uno no queda conforme hasta saber más ¿Qué será de su vida, qué estará haciendo, se acordará de mi, qué impresión tiene de mí, si nos volviéramos a encontrar solos los 2 de qué hablaríamos, podríamos pasar de nuevo por lo mismo, haría el intento, haría yo el intento? Tantas preguntas sin respuestas. Nos invade la curiosidad y nos hacemos un caldo de cabeza al tratar de saber las respuestas, pero al momento en que te encuentras en a calle, cara a cara no te das el valor para hacer tantas preguntas y te conformas tan solo con:

-Hola – dices con un tono bastante alegre, tratando de pasar por alto tu ansiedad.
-Hola – responden en el mismo tono.
-¿Cómo estás, qué es de tu vida? – lo dices y colocas una cara de desinteresado
-Si bien ¿y tú? – notas el nerviosismo.
-Si bien también – no quieres demostrar la debilidad que sientes ya que bajarías la guardia aunque estés todo destrozado.
-Qué bueno ¿A dónde vas? –y te vuelven a tirar la pelota
-A comprar ¿y tú? – esperas que te diga si te puede acompañar, pero sabes que no pasará.
-A mi casa, ya loquillo nos vemos después. Que estés bien. Adiós – responde rápido para no incomodar más
- OK, que estés bien, adiós – respondes tratando de no titubear.

Sigues caminando un poco más rápido, con el corazón agitado y la respiración a mil por hora, de repente mueves los ojos para saber si ha mirado hacia atrás... y no. No lo ha hecho llegas a la esquina a esperar la locomoción pero es ahí, justo en ese momento cuando paras el colectivo te das cuenta que se ha dado vuelta, que te está mirando. El colectivo parte lentamente y te quedas sentado mirando con los ojos a punto de estallar. Para más sorpresa tuya se despiden con una sonrisa y haciendo señas de despedidas con una mano. Al llegar a tu casa te das cuenta de que ese espacio que ocupó en tu corazón, ese espacio inertote, el cual habías olvidado hace mucho tiempo comienza a latir nuevamente y te produce esa extraña sensación: la ansiedad. Ahora vuelves a escuchar el tema de hace un rato para que vuelva a latir y el día de mañana no te acuerdes de lo que pasó hoy.

lunes, agosto 25, 2008

Vida 8: Contentísimo.

No sé que más hacer para detener el castigo que llevas dentro. Esas cosas que te agobian sólo por el hecho de vivir bajo el mandato matriarcal mártir de quién te parió. No sé que más hacer... te lo he dicho una y otra vez, pero no haces caso. Tal vez soy un libertino. La crianza es distinta, pero aún así. No lo soporto más. No soporto que te hagan daño. No te quiero ver más con las lágrimas en los ojos. Llorando como un bebé. No necesitas amarme para que te de cuenta de eso.
Que ganas de protegerte, pero lamentablemente no lo puedo hacer por tu miedo a dejar al resto mal. Es momento de pensar en ti. Este miedo nace una vez más insertado por el miedo tuyo en el aire. Oh dios como quisiera sacarte de ese lugar, sentir tú verdadero yo. Dejemos de leernos las cartas entre gitanos, por favor ya basta con eso. A veces me da la sensación de que estás viviendo lo que yo viví hace unos años atrás, pero esta vez falta un factor demasiado importante… me refiero al dinero. Ese vil factor que todos nos condiciona de cierta manera. Bueno si él no hacemos nada. ¡Ni si quiera cagar podemos! Sin el dinero. ¡Salud! Salud por ti, salud por mi, salud por todos nosotros.
Sé muy bien que volverás sin decirme nada a cambio, solo que las cosas “están bien” y yo lo creeré, haciendo caso omiso a too lo que pasó antes. El show debe continuar, sólo por el gusto de los más afortunados, aquellos que tienen el don de la palabra, por no decir los que tienen el “chalaco” suficiente. Pero ¿que mierda pasaría su la internaran? ¿Esa bomba estallaría? Creo que la puedo controlar... pero es difícil sabiendo que si me meto me agarraría más odio del que tiene... solo por robarle uno de sus más apreciados seres… o como ella lo ve, un simple juguete con el cual puede hacer y deshacer en sus fantasías infantiles no resueltas en su actual “Madurez Materna”.
¡Ya basta, No seguiré soportando esto, Una más y este caballero se transformará en quien deje la cagada en vuestras vidas!

martes, julio 22, 2008

Vida 7: “No lo lea, no le va a gustar”

Al despertar se dio cuenta que el sueño se haría realidad. Dentro de unas horas más se cumpliría todo lo que deseaba. Pero ¿a qué costo? Al poner los pies sobre la tierra y sentir el hielo entrando por sus poros logró reaccionar. En sus manos está el cambiar el final de su sueño.
Esperó bastante rato antes de darse el suficiente valor para salir de la habitación. Mientras miraba detenidamente un libro que quedó en el suelo la noche anterior. Es extraño, ya que no le gustaba leer, pero simplemente le atrajo por su portada: una luna con una sonrisa. En la primera página hay una advertencia para los adultos: “No lo lea, no le va a gustar” pero simplemente siguió adelante. Recordó cosas de su infancia al seguir hojeando el libro de la luna.
Después de volverlo a su lugar, encendió su PC para revisar las novedades, su estómago rugía anunciando el hambre (no comía hace mas de 12 horas). Finalmente optó por su propia dieta: un cigarrillo en ayunas. Se dio valor para ingresar las claves y acceder a la información. Nada especial, sólo anuncios publicitarios... ¡Por fortuna! El valor ya estaba armado, ahora es cuestión de salir de la habitación. Al abrir la puerta se encuentra con la sorpresa: ya hay gente despierta a esa hora de la mañana – “Buenos días” – le dicen, a lo que responde con un gesto. Al llegar a la cocina por busca de un bocado se da cuenta que ya no queda nada que le apetezca – “La misma mierda de siempre” – piensa. Se prepara un café para irse nuevamente a su habitación.
Nadie llama, nadie pregunta, nadie dice nada. Todos salieron y se ha quedado solo. Una vez más al sentir ese silencio coloca el volumen de su música al máximo. Canta la letra de algunas canciones, las que más le agradan. De repente aparece cierto tema que lo lanza directamente al pasado. Los recuerdos vuelven, se paraliza y las lágrimas afloran nuevamente, no se explica el por qué. No reacciona, no sabe si cambiar el tema o mantener su duelo. Busca en Internet la traducción del tema y se da cuenta que era algo muy parecido a lo que a él le pasó. Sigue insistiendo y busca el video. Le agrada y seca las lágrimas. Ese tesoro lo guardará por siempre en su corazón.
El sueño no cambiará. Después de aquel tema detonante decide seguir adelante, pero esta vez tomará las precauciones correspondientes. Disfrutará al máximo los momentos que están por ocurrir. Sale de su habitación. En el baño, se cepilla los dientes, se afeita y se ducha. Sale en busca de ropa limpia. La plancha y se viste. Toma el viejo perfume lo esparce por su rostro rasurado. Sale de su casa con rumbo al centro. Camina rápido para alcanzar a tomar el bus que lo llevará hacia el norte. Mientras espera la llegada compra unas papas fritas y una bebida. Ya en el bus mira por la ventana esperando que pase la hora para llegar a si destino. Al bajarse del bus sigue caminando apresuradamente, el horario ya acabará. Al cruzar la calle se da cuenta que olvidó su teléfono en casa. Le da lo mismo, sigue caminando. Al fin llega a la dirección. Después de los controles logra ingresar. Llaman por parlante. Una joven mujer se le acerca. Lo saluda y lo dirige a una sala ubicada varios metros más allá. Se sienta a espera. Después de unos instantes ve una pequeña silueta que se acerca corriendo. Él se arrodilla, no lo puede creer, las lágrimas surgen una vez más.
-Al fin te logro ver. Después de tanto tiempo te puedo ver otra vez – le dice en un tono de alegría – esto es para ti – y le entrega la bebida con las papas fritas.
-Muchas gracias... pero ¿por qué lloras papito? – responde una voz tímida.
-Por nada hijo, por nada. Es solo la alegría de verte.