Bienvenidos

Espero que les gusten las historias. Dejen su marca una vez leidas.

domingo, octubre 12, 2008

Vida 9: Esa Extraña Sensación.

La sensación es bastante extraña, encontrarse con gente que uno cree que ha olvidado. Más aún cuando esa gente, o mejor dicho esa persona ocupó un lugar en tu corazón.

Según lo que he aprendido, son varios factores que se conjugan para producir esa extraña sensación: clima, canciones, alimentos, olores, carretes, acciones, conversaciones y momentos. En esta tarde nublada me dio por escuchar un disco, mientras lo hacia me recordé de la persona en cuestión. Recordé todo lo que pasamos juntos, lo bueno, lo malo y lo feo. Se rescata lo bueno y doy gracias al poder hacerlo. Pero uno no queda conforme hasta saber más ¿Qué será de su vida, qué estará haciendo, se acordará de mi, qué impresión tiene de mí, si nos volviéramos a encontrar solos los 2 de qué hablaríamos, podríamos pasar de nuevo por lo mismo, haría el intento, haría yo el intento? Tantas preguntas sin respuestas. Nos invade la curiosidad y nos hacemos un caldo de cabeza al tratar de saber las respuestas, pero al momento en que te encuentras en a calle, cara a cara no te das el valor para hacer tantas preguntas y te conformas tan solo con:

-Hola – dices con un tono bastante alegre, tratando de pasar por alto tu ansiedad.
-Hola – responden en el mismo tono.
-¿Cómo estás, qué es de tu vida? – lo dices y colocas una cara de desinteresado
-Si bien ¿y tú? – notas el nerviosismo.
-Si bien también – no quieres demostrar la debilidad que sientes ya que bajarías la guardia aunque estés todo destrozado.
-Qué bueno ¿A dónde vas? –y te vuelven a tirar la pelota
-A comprar ¿y tú? – esperas que te diga si te puede acompañar, pero sabes que no pasará.
-A mi casa, ya loquillo nos vemos después. Que estés bien. Adiós – responde rápido para no incomodar más
- OK, que estés bien, adiós – respondes tratando de no titubear.

Sigues caminando un poco más rápido, con el corazón agitado y la respiración a mil por hora, de repente mueves los ojos para saber si ha mirado hacia atrás... y no. No lo ha hecho llegas a la esquina a esperar la locomoción pero es ahí, justo en ese momento cuando paras el colectivo te das cuenta que se ha dado vuelta, que te está mirando. El colectivo parte lentamente y te quedas sentado mirando con los ojos a punto de estallar. Para más sorpresa tuya se despiden con una sonrisa y haciendo señas de despedidas con una mano. Al llegar a tu casa te das cuenta de que ese espacio que ocupó en tu corazón, ese espacio inertote, el cual habías olvidado hace mucho tiempo comienza a latir nuevamente y te produce esa extraña sensación: la ansiedad. Ahora vuelves a escuchar el tema de hace un rato para que vuelva a latir y el día de mañana no te acuerdes de lo que pasó hoy.