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miércoles, julio 15, 2009

Capítulo 12: Susto.

Al volver, Andrés enciende la televisión... lo único que hay en la pantalla es un video clip de “Daddy Yankee, Llamado de Emergencia”. Claro está que no le agrada mucho el Reggaeton. Pero a esa hora no dan más en la TV. Las sirenas de la que suenan en el video coinciden con la realidad. A su vez van pasando las ambulancias a buscar a alguna víctima de algún accidente, lo que le hace acordar alguna etapa en su infancia, pero esta vez las sirena suenan más fuerte... algo ha pasado y realmente no sabe bien lo que es, hasta que se da cuenta de que en esas sirenas hay algo. Algo que él cree saber lo que es... son las llamadas que nunca esperó. Hay alguien de los suyos en problemas, pero lamentablemente no sabe quién, por lo que recurre inmediatamente a su celular, por lo que sin pensarlo llama a su madre. Ella contesta de inmediato para confirmar su temor, es uno de sus familiares que ha sufrido un accidente. Las corazonadas que siente Andrés no son frecuentes, pero cuando algo le late es bastante fuerte. Esta capacidad extrasensorial la ha heredado de su abuela materna y es uno de los pocos nietos que la posee. Sin pensarlo se lo dice a Gustavo, lo despierta y él decide llamar a un radio taxi para que los lleve hasta la casa de sus supuestos suegros. Una vez aclarada la situación se dirigen hasta la casa de aquel afectado, no ha muerto, pero está grave. A Andrés le preocupa más la situación de su madre, es su hermano quien ha resultado trágicamente herido en un accidente laboral.

En la casa del tío de Andrés el caos está por doquier, su tía ya se encuentra en el hospital junto a su hijo mayor quien tiene la misma edad de Andrés, pero resto de los hermanos, tres más, solo lloran en cada rincón de la casa, el mas pequeño tiene casi cuatro años y no entiende muy bien la situación, solo ha visto cómo su madre se ha echado a las lagrimas después de una llamada telefónica. Es eso lo que precisamente le ha causado su llanto, el ver a su madre llorar. Algunos vecinos de los afectados también se encuentran en la casa. Ellos hablan con la madre de Andrés para explicarles un poco más la situación, luego de esto rápidamente también se va al hospital para hacerle compañía a su cuñada y sobrino en compañía de su esposo. Gustavo le sugiere a Andrés quedarse en la casa para hacerles compañía a sus primos. Trata de calmarlos llevándolos a la pieza de los juguetes. Es una habitación bastante amplia en la cual los pequeños primos juegan y hacen algunas de sus tareas. Un televisor plasma está incrustado en la pared y debajo de éste hay un Nintendo Wii por lo que le dice a sus primos que jueguen un rato para que esperen alguna noticia de su padre.

Mientras tanto Gustavo hierve un poco de agua en la cocina para servirles un café al resto de los adultos que están en casa. Él ya ha pasado por esta situación en el pasado y ya sabe que hacer en estos momentos. Al llevar la bandeja con las tazas y el agua caliente al comedor los vecinos hablan de sus propias historias cercanas a la muerte. Gustavo escucha con atención las opiniones de cada uno de los vecinos, él no tiene mucho de que hablar con ellos, por lo demás nunca los ha visto en toda su vida y tampoco conoce muy de cerca al tío de Andrés, excepto por algunos comentarios que ha hecho respecto a él. Una vez servidas las tazas nuevamente va a la cocina, ahí lo espera Andrés sentado en uno de los mesones, con los hombros caídos y la mirada perdida en el suelo. Gustavo le levanta el mentón con una de sus manos y le dice: “Tranquilo, todo va a estar bien” justo en ese momento Andrés se larga a llorar en los brazos de Gustavo. Se echa la culpa por tener el don de su abuela y no poder manejar la situación. Mientras Gustavo le soba la espalda y acaricia la cabeza aparece el primo más pequeño en la cocina. Rápidamente la pareja se separa y Andrés salta del mesón al suelo para saber que es lo que necesita el niño. Le dice que tiene sueño y que quiere dormir. No es para menos, ya son más de las tres de la mañana por lo que lo lleva a su habitación, luego de cambiarle arroparlo y asegurarse que está dormido manda a sus otros primos a dormir, se preocupa mucho más por el pequeño. Le agrada como es y por lo mismo es uno de sus primos chicos preferidos. Cuando toda la tropa está dormida Andrés baja hasta el primer piso para hacer una llamada a su madre, ella no le contesta por lo que supone estar aún esperando hablar con el médico. Al darse cuenta la casa está en silencio, los vecinos se han marchado y Gustavo está tirado y durmiendo sobre uno de los sillones del living Andrés vuelve a subir las escaleras para buscar una manta y así poder evitar que Gustavo se resfríe. Ya acomodados los dos sobre el sillón y tapados para evitar el frío Gustavo acaricia la cabeza de Andrés, generalmente esto lo tranquiliza, al hacerlo le dice suavemente “Trata de dormir un ratito aunque sea, mañana va a ser un día bastante agotador”.

Andrés al despertar se encuentra solo en el sillón. Gustavo está en la pieza de los juegos haciendo reír a los tres primos que aun están en pijama. Están desayunados y bastante tranquilos, sobre todo el más pequeño. Al mirar la situación, da la sensación que aquí no ha pasado absolutamente nada. Andrés aprecia la dedicación que posee Gustavo para encantar a los más pequeños o como dice él: “Tiene como un aura, un ángel con los cabos chicos” esta misma dedicación se la ha demostrado a medida que se han ido conociendo y más dedicación es una pasión que inunda a Andrés y es eso precisamente lo que le gusta.

A eso de las nueve de la mañana llegan los familiares desde el hospital. Resultó ser que el tío de Andrés fue trasladado de un lugar a otro, finalmente fue dejado en la mutual del trabajador para seguir el tratamiento médico, afortunadamente no está en peligro y no pasó más allá de varios huesos quebrados y un gran susto para toda su familia. Todos les dan las gracias a él y a Gustavo por haberse hecho cargo de los más pequeños y haber mantenido la situación controlada. Luego de unos momentos Gustavo y Andrés se retiran para volver al departamento, están cansadísimos y lo único que desean es dormir en una cama cómoda.