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Espero que les gusten las historias. Dejen su marca una vez leidas.

miércoles, enero 31, 2007

Historia 15: El Caos Del Vértigo.

Al llegar a la clínica ella me hablo de un pequeño incidente que sucedió en la madrugada de ese mismo día cuando la fui a visitar. Por lo que me dio a entender ingresó un interno nuevo, además de lo que ella escuchó en los pasillos provenía del sur. Luego me pidió que la acompañara al almuerzo como es de costumbre pidió ensaladas y se sentó junta a unas amigas que se hizo en la misma clínica.

-¿Escuchaste los gritos de la noche? - Pregunto la alcohólica
-No fue en la noche, fue en la madrugada – respondió la drogadicta
-Sólo escuche unos pequeños alaridos, pero no fue tanto como otras veces – dijo muy convencida.

Las demás le creyeron, ya que ella llevaba mucho más tiempo que las otras. Sin dudar les pregunté:

-¿por qué lo o la internaron?
-¡Lo! internaron. . . Es hombre muy jovencito y por cierto muy atractivo, pero lo malo es que entró por intento – intervino la drogadicta.
-Es lo de menos, nada que un buen electro no sane – añadió la alcohólica.

En ese momento todas se miraron y lanzaron una gran carcajada, la cual termino abruptamente al ver al nuevo interno entrar por la puerta del comedor. Rápidamente una de las internas lo llamó y le dio la bienvenida. Le indico cual era el horario de visitas y de alimentación. Después comenzó una serie de preguntas que parecían no acabar, desde su nombre hasta sus tendencias sexuales. En esos momentos el nuevo interno quedo espantado, no sabía donde ocultar su rubor.

Después de la comida salía fumar un cigarrillo, al encenderlo, el nuevo interno me pidió uno, apresuradamente le ofrecí fuego. Sus facciones eran bastante pronunciadas. Me dio la sensación de haberlo visto en algún lado, pero lamentablemente era imposible. Más de conversar de las demás internas – que por cierto lo acosaron a preguntas – conversamos de aquel tema tan particular. Ambos nos reconocimos por ciertas tendencias, gustos, creencias, posturas y creencias hacia el matrimonio como un derecho igualitario, la adopción de infantes y religión.

No lo se aún por qué me sentí atraído por ese joven, pero me hacia recordar alguna otra persona. Bastaba mirar sus ojos para darse cuenta del sufrimiento por amor. A la mañana siguiente nuevamente fui a la clínica, pero en esta ocasión no para visitar a mi ex precisamente, si no para descubrir cual era su gran pena. Tratar de sacar información para saciar mi sed de respuestas a las curiosidades que me llamó su atención.

Al pasar de los días noté que ningún familiar compartía mucho con él, más que sus amigos, uno de los cuales se notaba nervioso ante la presencia de su misma pareja frente al nuevo interno, excepto cuando iba sólo. Inclusive una vez entraron a una de la habitaciones, (sucedió cuándo fui a pagar la mensualidad de la habitación) y salir con una gran sonrisa en sus rostros. No sé muy bien, pero a cada tiempo que su gran amigo lo visitaba acompañado la realidad volvía a la normalidad.

Estábamos a la hora del té y note que me observaba demasiado desde la otra mesa, con un gesto le indique para que se acercara. Se puso de pie muy seguro y mirándome a los ojos llego a nuestro lado. Le pregunte directamente que le había ocurrido, me contó su historia, lo entendí por completo, algo parecido me pasó en alguna ocasión.
Al pasar las semanas ya hablábamos y lo acompañaba a comprar algunas cosas, lo que nunca hice con mi ex pareja (la que estaba en la misma clínica), la excusa que utilicé fue: “Él no es de acá, se puede perder” la cual me creyeron. Lamentablemente sentía algo más que cariño, sentí que parte de la historia se volvía a repetir, pero esta vez no cometería los mismos errores que antes, pero con una gran diferencia. . . ahora vería la otra cara de la moneda.

domingo, enero 14, 2007

Historia 14: Traslado De Amor.

Él era un fanático de cierta disciplina, por cierto un muy buen amigo mío. Después de verlo terminar su relación, su mundo se vino abajo. Una y otra vez volvía a caer en lo mismo, hasta que un día toco fondo. Junto a mi pareja (en ese entonces) decidimos intervenir. No nos explicábamos como pudo enamorarse de una forma tan rápida de un completo desconocido. Para nosotros a única forma se sacarlo de ese agujero era abrirle los ojos. Ya habíamos tratado por el buen camino, me refiero a hacer que se olvidara de él, desde invitándolo a nuestra casa hasta irnos de paseo a la playa, pero como no resultó y lo vimos decaer y decaer lo hicimos por las malas.

Ese día le pedimos que nos acompañara a uno de los eventos organizados por el director de la compañía hotelera en la cual yo trabajaba. Una ver terminada la comida y como ya era costumbre en él (ebrio y haciendo escándalo) lo llevamos a nuestra casa, en esta ocasión sabíamos muy bien que hacer. Esperamos que vomitara y lo acostamos en una pequeña pieza que habíamos habilitado para este fin (solo tenía una puerta de entrada y barrotes en las ventanas) mientras estaba tirado en la cama le sacamos parte de su ropa y simplemente esperamos sentados en el suelo. Poco a poco su cuerpo comenzó a moverse. Le pedí a mi pareja que saliera de la pieza un momento, solo quería estar con él. Por lo que he leído los borrachos aunque no se pueden mover mucho, si pueden escuchar. Esta vez me toco hablar a mí.

-¿Realmente quieres que salga?
-Si, es ahora o nunca.
-Muy bien, cualquier cosa me avisas, mientras tanto voy a preparar un café, esta noche será muy larga.

Sin más que decir, se paró y salió cerrando la puerta, de inmediato me levanté y le coloqué el cerrojo. Al voltear y verlo nuevamente tirado, me acerqué y me puse a hablarle de todo lo que había perdido por el cariño que le tomó a ese desconocido. Las palabras causaron el efecto deseado. Se abalanzó sobre mí tratando de golpearme, solo lo esquivé y el golpe de su cuerpo contra el piso fue seco. En ese momento reventó en llanto. En un principio sólo lo consolé, pero minutos más tarde comencé a lanzar mis pequeños dardos. Cuando se logro dormir nuevamente sollozando lo deje en la pieza completamente solo.

Al salir mi pareja estaba muy angustiada, no tan solo por él, también por nosotros. Corrimos uno de los sillones para lograr dormir cerca de nuestro amigo y estar atentos por si quería marcharse sin nuestro consentimiento. Mientras conversábamos del tema y nos bebíamos unas tasas de café acompañadas de unos cigarrillos nos dimos cuenta que él estaba completamente sólo. No tenía a nadie mas que supiera su verdadera vida, es mas, su familia tampoco se encontraba en la cuidad.

Fui a buscar unas mantas para dormirnos. Al alcanzar el estado de relajación, sentimos de los golpes en la pared. Nos quedamos mirando, completamente atónitos cuando sentimos un golpe más, esta vez contra el pequeño vidrio que tenía la ventana. Rápidamente entramos a la habitación, el hecho ya comenzaba a teñir las sabanas y el piso.

Ya controlada la situación llamamos al jefe de la unidad en la cual trabajaba mi pareja. Lo ingresaron en forma urgente al servicio. Una vez adentro lo doparon para que no hiciera daño a quienes prestaban la ayuda (entre esos mi pareja). En esos momentos me pidió que saliera de la sala. Un colega de él me acompañó hasta una sala fuera de la unidad. Al cabo de 15 minutos de conversa y explicándole la situación entra mi pareja para decirme que lo trasladarían a la capital ya que no contaban con los especialistas.

Me dejaron verlo por última vez ya que habían conversado con sus contactos y lo trasladarían en forma inmediata en la capital. Allí lo estaban esperando junto a unos familiares que él tiene allá. Pedí estar solo en la sala para lograr despedirme, o ultimo que recuerdo haberle dicho fue: “Aunque no lo quieras hay una persona en este mundo que te ama, por eso lo hice, cuídate y sal de ese hoyo en el cual estas metido”, abrió un poco los ojos y me respondió: “no creas que estoy mal por lo que crees, no sufro por ese desconocido, lo hago por un amor no correspondido. Te Amo, siempre lo he hecho y siempre lo haré”. Mi rostro se espantó al escuchar sus palabras. En esos momentos llegó mi pareja para trasladarlo a la capital.