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Espero que les gusten las historias. Dejen su marca una vez leidas.

miércoles, abril 15, 2009

Capítulo 9: Príncipes Fogosos.

Andrés despierta agobiado por el calor, Gustavo lo abraza lentamente, Andrés haciéndose el dormido se acerca de a poco soltando una respiración profunda, esto da paso a que Gustavo se acerque aún más hasta tener su rostro pegado al pechote Andrés, sus pelos se erizan en forma inmediata. Gustavo comienza a besar su cuello pacíficamente. Sólo esa acción gatilló una acción inesperada por Andrés. Instintivamente su cuello se estira para que Gustavo lo siga recorriendo. Andrés dobla uno de sus bazos, el cual se acerca a la cabeza y con su mano comienza a acariciar los cabellos de Gustavo. En un principio son solo los labios de Gustavo los que juegan el en cuerpo de Andrés, luego sigue su lengua. Finalmente alcanza la boca de Andrés, para él los besos son exquisitos por lo que sigue besándolo y tocando su cuello, esto estimula más a Gustavo, por lo que los besos se hacen más apasionados e intensos. La música ha cambiado, ahora suena el disco: “OK Computer, de Radiohead” las melodías acentúan la fogosidad de lo que se lleva a cabo tras esas cuatro paredes. Los torsos desnudos de cada uno sueltan las gotas de sudor que mojan las almohadas. Sus manos se vuelven un solo puño inseparable. Las caricias y los besos son más efusivos y profundos. Gustavo se incorpora y se coloca sobre Andrés, luego comienza a deslizar su lengua por su pecho estimulando el tacto de Andrés. Es como si estuviera leyendo el braile de su cuerpo con su lengua. Andrés suelta algunos movimientos involuntarios llamados por el placer que le produce Gustavo, mientras él araña la espalda de su compañero Gustavo sigue leyendo hasta llegar al ombligo hasta que... algo le detiene, es un botón, por lo que acerca una de sus manos para sacarlo del ojal, mientras intenta hacerlo se da cuenta de la hombría de Andrés, por lo que lo queda mirando a los ojos, suelta una sonrisa maliciosa, con la lengua entresacada y levanta una de sus cejas. Esto hace sonrojar a Andrés por lo que lo toma del mentón y lo vuelve desde su ombligo hasta quedar frente a su rostro, cierra sus ojos y lo besa en los labios. Gustavo vuelve al lado de Andrés y continúan besándose por varios minutos hasta que la fogosidad empieza a disminuir de a poco.

Gustavo se encuentra boca abajo con los brazos doblados mirando a Andrés, él se encuentra de espalda con una de sus piernas dobladas, con una de sus manos acaricia las mejillas de Gustavo, esto le agrada y cierra los ojos moviendo la cabeza como un pequeño gato. Las plegarias de Andrés han sido escuchadas. Desafortunadamente no pensó en lo que sucedería después. Gustavo tararea una de las melodías que suena hasta que lanza una pregunta:

-¿Qué harás después que terminemos las grabaciones? – dice mientras se acerca un poco.
-Umn cobrar mi sueldo y volver – se demora un poco en contestar.
-¿Volver a dónde?
-A mi casa ¿y tú?
-Yo volveré al sur, tengo que supervisar algunas cosas.
-Supervisar algunas cosas ¿cosas como qué?
-Algunos envíos y compras que realicé antes de venir.
-Entiendo... ¿y el resto del verano que harás?
-No lo sé, quizás viajar.
-Quién como tú. En cambio yo tendré que soportar a algunos familiares que están de vacaciones en mi casa. Después tengo que ver la toma de ramos, talleres y prácticas.
-Eso es lo bueno de vivir solo, no debes darles explicaciones a nadie... ¿tus viejos son muy exigentes contigo?
-En algunas ocasiones, pero en general son bastante relajados, lo único que más me exigen es que termine luego de estudiar.

A Gustavo se le pasan algunas ideas por la cabeza, pero no sabe si decirlas o no, a lo mejor Andrés podría tomarlas a mal o como un descaro de su parte.

-Oye – dice Gustavo.
-Dime.
-Umnn... no mejor no, no he dicho nada.
-Ya pues, dime, ¿Qué onda?
-No nada.
-No seas así, dime lo que ibas a decir, no me dejes con la incertidumbre, aparte me carga que hagan eso, si tienes algo que decirlo simplemente dilo – dice Andrés en un tomo más serio.
-Es que... estaba pensando una cosa, no sé como la vayas a tomar, pero en fin en pedir no hay engaño.
-En eso tienes razón, en pedir no hay engaño, por lo tanto, dímelo.
-¿Estas seguro que quieres irte a tu casa y aburrirte y soportar a tus familiares en tu casa?
-No me queda de otra.
-Y si te invito a viajar al sur conmigo ¿vendrías?

Un balde de agua fría cae sobre Andrés, se queda en silencio por algunos instantes. Mientras Gustavo espera un “Si” por respuesta, el momento se vuelve más largo por lo que se aleja de Andrés y se sienta en una de las esquina de la cama. Cree que ha sido un completo descarado ante tal ofrecimiento. Si bien aún no hay respuesta, ya ve una negativa. Andrés se acerca a él y lo toma por la cintura, mientras acaricia su pecho, acerca su boca a su cuello, besándolo para luego emitir algunas frases.

-Contigo me voy donde tú quieras.
-¿De verdad?
-Si, de verdad, pero ten en cuenta que aún no me pagan y debo llegar a casa para hacer acto de presencia.
-Entiendo...
-Respecto a los ramos y talleres lo puedo ver por la Net.
-¿Qué le dirás a tus viejos por el viaje?
-Umnn inventaré alguna excusa creíble... ¡ya sé! es muy fácil: “Me voy a mochiliar con unos amigos” y listo.

Gustavo está feliz y deseoso a que llegue el momento de partir, de llevar a conocer a Andrés todos sus dominios, castillos mágicos, súbditos y seguidores, es como un cuento de hadas, a excepción de que... aquí no hay princesas... solo príncipes.

4 comentarios:

Anónimo dijo...

Excelente escrito, me llega demasiado ya que es algo parecido que me sucedio hace un tiempo. Felicidades por tus escritos, siga adelante, me gustan mucho,,, ADios

Anónimo dijo...

que lindo cuento paulito se me herizaron los pelos que pena que los cuantos de hadas sean solo cuentos, la realidad es otra , y los principes no existen

cayu dijo...

muy bien, hasta que te liberaste, falta menos para la autobiografía.
:D

Anónimo dijo...

muy bello la timidez del primer encuentro..... los principes si existen solo hay que saber buscarlos