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domingo, noviembre 08, 2009

Capítulo 13:Insomnio.

Mientras a algunos les queda poco tiempo para comenzar la semana, y este día, yo sigo tratando d quedarme dormido. Ya he escuchado el despertador de los demás habitantes de este sitio. Lentamente los primeros rayos de luz comienzan a invadir el cielo. A esta hora ya no hace tanto frío, pero yo me congelo al saber que estoy nuevamente sólo en la habitación. Los perros ladran y los gallos cantan anunciando que ya es hora de cerrar las cortinas y las ventanas. El bullicio de la ciudad ya ha empezado a entorpecer mi agobiada cabeza, que sigue pensando en los hechos de hace unos momentos atrás. He salido a trotar para despejarme un rato. La música de mi reproductor es la misma de todos los trotes de esta semana... o por lo menos de la semana pasada, ya es lunes. Mientras daba mi paseo nocturno he llegado un poco más lejos. A pesar de no conocer esta ciudad ya se me está haciendo familiar. Me llama la atención que la gente aquí realmente disfruta de las playas. Están iluminadas, debe ser por el verano. Al llegar al balneario me he tirado sobre la arena. Puedo ver como algunas personas se bañan bajo la magia de un cielo despejado y una luna llena que resplandece en todo su ser. Dejo colgando los audífonos sobre mis orejas. El sonido del agua invade mis tímpanos y se cuela hasta mi piel, la que se eriza ante el golpe de las olas. Comienza a sonar “Home – Depeche Mode” inmediatamente vuelvo a su posición uno de los audífonos. Él tema me recuerda la ciudad X, una de las escenas que grabamos para el cortometraje en una estación del tren. Siento un nudo en la garganta, extrañamente deseo volver a casa. Mientras me pongo de pie siento que mi vista se nubla, estoy mareado, bajo la cabeza y respiro más hondo. Trato de caminar rápido. El estómago se me revuelve. El asco que siento aumenta ¿Qué es lo que me está pasado? al respirar más profundo y después de unos minutos la sensación se va. Tomo nuevamente velocidad en mi trote. No hay nadie en las calles, tampoco hay nadie en casa. Estoy solo, sin nadie más a mí alrededor. La energía que he acumulado ya debe haber superado mis límites. Comienzo a correr. Rápido, cada vez más rápido. El pulso acelerado, la respiración cortada. Es poco tiempo el que queda allá afuera ¡debo llegar a casa! Esta energía aún no se disipa, el tiempo está por terminar... he llegado, al fin he llegado. Vuelvo a saludar al conserje, subo por las escaleras. Saco las llaves y abro la puerta, dejo el reproductor sobre la mesa. Mientras camino a mi habitación me saco la ropa y la tiro donde caiga. Enciendo el televisor y me meto a la ducha. El agua está helada. Necesito calmarme. Bajo el chorro frío mi mandíbula tirita haciendo sonar mis dientes, lentamente el letargo me ha anestesiado. Salgo de la ducha estilando, el piso ha quedado mojado. Con las manos en el lavamanos y la cabeza agacha veo como caen las gotas de mi cuerpo. Levanto la mirada, me veo en el espejo, la luz del baño no ayuda mucho para darme cuenta. Sacudo mi mano, apago la luz y me tiro sobre la cama. El aire acondicionado hace que mis manos vuelvan a estar rosadas. La temperatura aumenta nuevamente y el calor termina por secar mi cuerpo. La televisión ofrece muchos canales, pero ninguno de mi interés por lo que la dejo en silencio y enciendo el equipo de música. Por lo general a esta hora la radio Horizonte puede ofrecer algo más, por lo que subo un poco más el volumen. Los habitantes de los departamentos vecinos están de vacaciones, según lo que me ha dicho el conserje, por lo que el piso está solo para mí. Podría hacer una fiesta y nadie reclamaría, lamentablemente no hay nadie a quien invitar a la celebración. Voy a la cocina y preparo una infusión, de esas que aseguran que “Podrás dormir plácidamente” ¡Ja, patrañas! un palo en la cabeza sería mucho más fácil. La hago acompañar por una tostada con mermelada. Deposito todo en una bandeja y vuelvo a mi habitación. Mientras tomo el “Desayuno” pienso y creo que debería ir a algún especialista, esto de vivir de noche no me está haciendo para nada bien. Si viajara a China no tendría problemas con el cambio de horario, lamentablemente estoy en Chile y el próximo viaje a Europa o Asia será en un par de años más. Termino de merendar y dejo la bandeja en el suelo. Nuevamente le doy importancia a la televisión, han comenzado las noticias, esto es lo único que me tiene informado, pero de lo que ha ocurrido el día anterior, por lo que apago el equipo y subo el volumen al TV. La bolsa de valores está en alza, eso dicen en los titulares, esto me conviene, la empresa la tengo un poco botada, que más da, para eso están los asesores, que ellos se encarguen, total si algo malo pasa, deberán llamarme. Los ojos han empezado a pesar, al fin me voy a dormir, mejor apago el televisor y me acuesto bajo el plumón.

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