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jueves, agosto 17, 2006

Historia 6: Estrellas Bajo Techo, Té Verde y Triángulos Rosa.

Llegamos a su hogar, aunque no quería ir, pero me insistió tanto que preferí decidí ir. Los argumentos que utilizo fueron muy directos, además no podía negarme ya que mi ex yerno había sido muy bueno conmigo. Aunque haya dejado a mi hija por otra persona, no podía dejar de estimarlo.

Al llegar a su hogar me di cuenta que había un ambiente muy especial, una mezcla de tecnología, arte y delicadeza, pero dentro de todo eso estaba un poco desordenado, parecía como si hubiesen buscado algunas cosas en forma desesperada. Me pidió disculpas por el desorden, a lo que le respondí con un tono comprensible por la situación: No te preocupes, son detalles. Luego me dirigió al cuarto de invitados. Una habitación muy amplia, tenía baño propio. Las paredes pintadas con un color azul pálido y unas manchas de color blanco, daba la sensación de estar en el cielo. Además de dos cuadros. Los reconocí de inmediato esos cuados habían sido pintados por mi hija. Ella acostumbraba a dejar su firma en la esquina superior izquierda, según ella lo hacia ahí para poder identificarlos mas rápido. La cama era de 2 plazas con un cobertor de plumas color blanco con cojines inmensos los cuales llamaban a acostarse y no levantarse jamás. Deje mi cartera y chaleco sobre la cama. Al entrar al baño este lucía un espejo que cubría toda una pared, luces de alta luminiscencia, sin mencionar los acabados de mármol que se asentaban sobre el lavamanos y la bañera de 2 cuerpos. Lavé mi cara y manos antes de ir a la cocina.

Como toda madre me espante al ver el desastre que había en esa cocina. Loza acumulada hace más de 2 días. Trate de ordenar un poco y luego coloque un poco de agua a hervir para tomar algo caliente. En la alacena encontré las bolsas de té más finos que había visto desde mi visita a Argentina. Serví dos tasas de té verde junto con unas galletas que encontré como era la costumbre en ese hogar, o por lo menos lo era cuando iba mas seguido a visitar a mi ex yerno. Lleve las cosas en una bandeja de madera que les había regalado antes de su separación.

Ya en la mesa conversamos un poco, estaba cansada y necesitaba descansar un momento. Cuando fui a darle un sorbo al té me di cuenta que no le había echado azúcar, al abrir el azucarero mi extrañeza fue muy notable. Había cubos de azúcar rubia los cuales me hicieron recordar mi infancia. Después de revolver el té mi ex yerno me miro a los ojos. En esa ocasión pasaron muchos pensamientos en mi cabeza. No sabia que hacer. . . Solo bajé la miada. Con una voz un poco temblorosa me pidió disculpas por haber dejado a mi hija, yo le respondí que mi desilusión a veces era evidente, pero a veces pasaba.

Una ves terminado el té me levante de la mesa y retiré las cosas de la mesa. Nuevamente en la cocina me preguntaba como lo haría para no molestarlo más, ya no era parte de la familia y necesitaba a alguien para cuidar a mi hija que sería dada de alta en unas horas o unos días más. De pronto recordé a mi hermano, él no tenia mucho que hacer en el sur, pero no se ubicaba mucho en esta cuidad, así que decidí llamarlo, eso si que mi ex yerno no se podía enterar, ya me bastaba con que él pagara la cuenta de la hospitalización. Esperé que él se acostara para salir un momento a llamar a mi hermano, el cual acepto de inmediato ayudarme en esta situación tan tensa.

Al volver me di percate que la luz de la habitación de mi ex yerno estaba apagada y se escuchaba la respiración de un sueño muy profundo. Aproveche esas circunstancias para terminar de lavar la loza que había quedado en el lavaplatos y hacer un poco de aseo en el living, al pasar un paño por sobre los muebles me percate que faltaban algunos porta retratos ya que se notaba un espacio un poco más limpio. Creí que éste porta retrato se había caído detrás del mueble pero no lo encontré nunca, pero lo que si encontré fue un libro. Lo recogí y lo deje en una mesita de centro que había. Lo que más me atrajo de aquel libro fue su portada, un triángulo rosa. Al terminar de hacer aseo fui a la pieza de invitados y me recosté.

El frío hizo que me diera cuenta que me había que dado dormida sobre el cobertor, apagué la luz y me tendí bajo el abrigo de las plumas. Al mirar las pareces me percaté de otro detalle de la habitación, tenia estrellas que iluminaban el techo y pareces, las cuales con la luz artificial o natural no se notaban. En ese momento trate de quedarme dormida nuevamente, pero mi subconsciente hacia que recordara lo que había visto en la tarde. Desperté muy temprano por la mañana, mi ex yerno aún dormía, no quise molestarlo. En el momento de acercarme nuevamente a la mesita de centro vi nuevamente el libro, me senté para echarle un vistazo. La dedicatoria provenía de mi propia hija. Decía: “Siempre lo supe, pero no lo quise aceptar, ahora soy libre nuevamente, gracias por no seguir amarrando mis alas y dejarme volar. Recuerda que te seguiré amado”. Dentro del libro había unos párrafos marcados. El separador de páginas era una fotografía de ellos en la cual aparecían en el aeropuerto de Brasil una ves que fueron cuando cumplieron un año de matrimonio. Comencé a leer uno de los párrafos marcados cuando tocan el timbre de la puerta, apresurada supuse que era mi hermano, al fin había llegado del sur, rápidamente atendí la puerta. Retire mis cosas de la pieza de invitados, (la cual había deja limpia y ordenada), tome el libro y lo puse en mi cartera y escribí un nota en la cual daba las gracias y me disculpaba por no despedirme en un papel que encontré al lado del escritorio. No quise despertar a mi ex yerno, ya había sido demasiado lo que él hizo por nosotras. Se me caía la cada de vergüenza que viera a mi hermano sin haberle avisado que él había llegado un momento a su hogar sin pedirle permiso.

En completo silencio dejamos el hogar de mi ex yerno junto a mi hermano.

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