Hace unos días tras se me acerco un tipo, de apariencia. . . Yo diría que normal, de estatura promedio, un metro setenta aproximado, de contextura delgada. Cabellos cenizas, tez pálida y arrugada, con ojos grandes almendrados, su sonrisa era blanca como la nieve en la cordillera. Si vestimenta me llamo mucho la atención, parecía como si hubiese buscado lo mejor para acercarse a mí. Un traje 2 piezas color verde azulado oscuro, una camisa gris, corbata a rayas, calzado negro recién lustrado y una correa con una hebilla color oro la cual a la luz del sol desplegaba un brillo intenso que ni mis gafas lograron detener. El olor que expelía me parecía conocido – me hizo recordar la casa de la abuela – era una mezcla entre tabaco, naftalina, y algún perfume de buena calidad.
Este caballero a primera vista bordeaba los 50 años. Se me acerco con la clara intención de hacerme una pregunta:
-Disculpe joven – dijo con una voz profunda – ¿Usted sabe donde queda el edificio Central?
-Si, debe seguir por esta calle, tres cuadras más hacia el poniente, justo ahí esta el edificio.
-Es que vengo de allá y me han mandado para acá, la verdad estoy un poco perdido ya que no soy de estos lados.
-¿Está seguro que así se llama el edificio? – Le pregunte quitándome las gafas – ¿No se habrá equivocado?
-Si, lo estoy – dijo con una voz un poco insegura – pero tendré que seguir buscando si no perderé la hora.
-¿Y usted de dónde es?
-Del sur, vengo recién llegando y tengo que arreglar unos problemas familiares, pero hasta para eso me dan hora.
La cara de angustiado que tenia el pobre hombre era inimaginable. Además cargaba un pequeño bolso, el cual parecía bastante pesado. En esos momentos me entro un sentimiento de culpa.
-Caballero, ¿Tiene la dirección exacta?
-Aquí la ando trayendo – en esos momentos se apresuró a sacar una pequeña libreta de uno de sus bolsillos – esta es la dirección.
-Ahora entiendo – dije viendo la hoja de esa libreta – Usted tiene que seguir por esta cuadra tomar locomoción para llegar a ese lugar, son como 10 o 12 cuadras hacia el poniente.
-¡Tanto! Bueno seguiré caminando entonces – dijo con una voz cansada y desalentada.
-¿Si quiere lo acompaño? Yo también voy en esa dirección.
-No se preocupe, además vengo con el dinero justo, ojala que alcance a solucionar mi problema.
En esos momentos mi corazón sufrió un quiebre emocional. Ese hombre estaba tan preocupado de llegar a su cita que iba a caminar lo que fuera necesario, por otro lado no tenía el dinero suficiente como para pagar locomoción. Yo justo tenia un poco de dinero que me habían devuelto por la compra de unos artilugios para mi hogar. No lo pensé mucho y decidí acompañarlo, pero no lo acompañaría caminando las 10 o 12 cuadras que quedaban.
-Caballero, que le parece si caminamos hasta la esquina y tomamos locomoción, yo le pago el pasaje, para que alcance a llegar y no pierda la hora de si cita, aparte yo también voy en esa dirección.
-¿No será mucha molestia? – me pregunto con una cara de sorprendido – de verdad se lo agradecería mucho.
Caminamos hasta el paradero de taxis que estaba en la esquina. Como es de costumbre hable con el chofer que me conocía. Ya camino al edificio este caballero me contó que venía porqué un familiar estaba un poco enferma, a lo que no di mucha importancia en ese minuto. Lo que más me intrigaba era saber por que le habían dado hora para llegar, a lo que me respondió: “Lo que pasa es que mi hermana tubo que pasar la noche en ese lugar, además esta cerca del Terminal por eso debo llegar a la hora que ella me dijo por que después se va de ahí, se va a si casa de verdad y la otra dirección no se la alcance a pedir” la verdad no le entendí muy bien la explicación, pero lo que si entendía es que yo también estaba encima de la hora. Ya llegando al destino me baje una cuadra antes que este caballero, que a todo esto no tenía 50 años, si no que 75. Le pague al chofer y me despedí de este anciano, le deje una de mis tarjetas por si necesitaba ayuda.
Después de una semana aproximadamente recibí un correo, era este anciano dándome las gracias por el favor que le había hecho. Me preguntaba como estaba y si había alguna posibilidad de juntarnos para tomarnos un café en el centro, me quería comentar como le había ido en sus trámites familiares, por lo que me adelantó en su correo su sobrina estaba un poco complicada de salud y su hermana no podía pagar el total del tratamiento. También quería conocerme un poco más, ya que según él personas tan amables como yo ya no quedaban, esto último me llamo mucho la atención – Para mí ser amable con un anciano no tiene mucha ciencia – Al terminar de leer el correo me di cuenta de muchas cosas. Las lágrimas corrían una vez más por mi rostro, haciendo un camino más por mi piel ya irritada por tanto llanto.
No quise ser descortés con el anciano, le explique que ya no estaba en la ciudad por motivos de trabajo, pero que cuando estuviera de vuelta por el sur me escribiera nuevamente para ponernos de acuerdo para tomarnos un café bajo la lluvia que en esos días mojaba mi corazón.
Bienvenidos
Espero que les gusten las historias.
Dejen su marca una vez leidas.
viernes, agosto 11, 2006
jueves, agosto 03, 2006
Historia 4: Inconscientes Pensamientos.
Madre que estas en los cielos, tal ves tú me podrías comprender, pero esta ves solamente yo logro comprender que pasa por mi cabeza. Aun no logro superar la partida de vuestra presencia angelical, la cual irradiaba felicidad cada ves que llegabas y atravesabas los anchos muros de esa clínica.
Oh madre ¿cómo podré superar la partida de mi amado? Por que no te hice caso cuando me lo dijiste, yo aun era muy joven, estaba embobada, una torpe enamorada del amor, el cual se había convertido en cuerpo físico aquella ves que lo vi por primera ves. Me quede perpleja. Estábamos en el Centro haciendo unas compras ya que se acercaba el cumpleaños de la abuela y aun no encontrábamos nada de lo que a ella le hubiese podido agradar. Esa ves mi cuerpo delgado y el calor me jugaron en contra, esta demás decir que no había comido nada ya que habíamos saldo temprano para que la abuela no se diera cuenta. Unos momentos al voltear sentí como mi mundo se venia abajo, comencé a sentir una extraña sensación, mis piernas se hacían lacias, mi vientre se apretaba y mis ojos se pusieron en blanco – según mi madre – un pequeño balanceo hacia atrás y siento como mi cuerpo azota parte de mis brazos contra el suelo al despertar mi madre se encontraba angustiada, hincada a mi lado y dándome aire con un abanico que había comprado unas cuadras atrás. A mi alrededor, mucha gente de espectadora, viendo como la chiquilla hacia tirada en el suelo. A mi otro costado estaba el amor hecho cuerpo físico. Un hombre de espalda ancha y rasgos finos, cejas gruesas y dientes perfectamente blancos y parejos los cuales pude ver cuando me sonrió al verme despertar.
-¿se encuentra bien? – dijo con una leve sonrisa en sus labios y tocando mi frente con una se sus manos, las cuales por cierto eran de suaves y tersas con dedos largos, uñas pulidas y un anillo de plata en el pulgar – no se mueva mucho, por poco y no se golpea la cabeza.
-Creo que estoy bien, solo fue un mareo el que me tiro al suelo – dije muy avergonzada por el incidente – pero ya estoy mejor, el calor me jugo chueco.
Pasado ese suceso este hombre nos acompaño hasta la parada de los taxis, e insistió que nos fuéramos en uno, pero la verdad no contábamos con el dinero suficiente para pagar la carrera. Él hablo con uno de los taxistas – ya que lo conocía – y le pidió que nos fuera a dejar a la puerta de la casa, al momento que colocaba un billete en el bolsillo de la camisa del chofer.
Al llegar a la casa me apresure para anotar en papel la patente del taxi. Mi madre me insistía que no corriera por que había tenido un desmayo hace un momento atrás. Luego subí a mi aposento para descansar un rato. Al lapso llegó mi madre con una tasa de té, según ella para recuperarme luego. A duras penas me tome el té ya que hacia mucho calor y el agua estaba hirviendo aún.
A los días siguientes me propuse ir a devolver el dinero que le había cobrado el taxista a mi salvador - así es como le llama de forma cariñosa - para no sentirme culpable al hacerle gastar su sueldo. Debo reconocer que mi madre y mi abuela me ayudaron a juntarlo.
En la micro rumbo al centro recordaba sus manos, me llamaba la atención el anillo de plata que llevaba en el pulgar, - tal vez le quedaba grande – pensaba. Miraba la calle como si lo fuera a encontrar vagando por ahí. De un frenazo volví en mí, me tenía que bajar justo, en la parada de los taxistas estaba aquel que nos había trasladado. Le pregunte si él conocía donde trabajaba mi salvado, a lo que me dio las indicaciones. Décimo piso oficina 19, golpeé la puerta con timidez al ver que no respondía nadie golpeé un poco más fuerte. A lo lejos se escuchaba un televisor encendido. Ya me había decidido por dejar una nota y el dinero por bajo la puerta, justo al agacharme abren la puerta, mi cara de asombro era impresionante, ahí estaba una ves más él, en toda su gloria y majestad.
Después de explicar lo que había sucedido ese día nos seguimos viendo como amigos, él me contó que sucedía de una ruptura amorosa y que necesitaba distraerse un poco por lo que me invito a tomarnos un trago, a lo que muy gentilmente respondí con un Si.
Bastantes meses después tuvimos nuestro ultimo adiós, una ruptura que jamás hubiera imaginado, al fin entendía el por que se su anillo en el pulgar. Mí Salvador había vuelto con su pareja. Mi mente se hundió en una grave Crisis de la cual no he logrado salir. Detrás de estas paredes blancas me encuentro a salvo de él. . . aunque a veces las paredes se tornan rojas y mi cuerpo lo hacen inmóvil con todos los fármacos que enclavan por mi boca, mis muslos y mis venas para calmar el dolor de su partida, tal como lo estoy ahora. Dicen que la muerte se puede experimentar en vida, y que el último sentido que deja de funcionar es el olfato, ¡yo doy fe de eso! Ya que en estos momentos siento el olor a perfume de mi amado, se encuentra en esta pieza a mi costado, tal como lo hacia cuando dormía y él me observaba. Siento su olor, puedo sentir sus manos en mi frente una ves más, ¡Oh dios mió, déjame verlo una ves más y sentir como sus labios acarician los míos! O simplemente déjame morir en cuerpo para no seguir más esta agonía, la cual lo hace sufrir tanto por mi culpa. ¡No! No padre, no te lo lleves de mi lado antes de morir por completo.
Oh madre ¿cómo podré superar la partida de mi amado? Por que no te hice caso cuando me lo dijiste, yo aun era muy joven, estaba embobada, una torpe enamorada del amor, el cual se había convertido en cuerpo físico aquella ves que lo vi por primera ves. Me quede perpleja. Estábamos en el Centro haciendo unas compras ya que se acercaba el cumpleaños de la abuela y aun no encontrábamos nada de lo que a ella le hubiese podido agradar. Esa ves mi cuerpo delgado y el calor me jugaron en contra, esta demás decir que no había comido nada ya que habíamos saldo temprano para que la abuela no se diera cuenta. Unos momentos al voltear sentí como mi mundo se venia abajo, comencé a sentir una extraña sensación, mis piernas se hacían lacias, mi vientre se apretaba y mis ojos se pusieron en blanco – según mi madre – un pequeño balanceo hacia atrás y siento como mi cuerpo azota parte de mis brazos contra el suelo al despertar mi madre se encontraba angustiada, hincada a mi lado y dándome aire con un abanico que había comprado unas cuadras atrás. A mi alrededor, mucha gente de espectadora, viendo como la chiquilla hacia tirada en el suelo. A mi otro costado estaba el amor hecho cuerpo físico. Un hombre de espalda ancha y rasgos finos, cejas gruesas y dientes perfectamente blancos y parejos los cuales pude ver cuando me sonrió al verme despertar.
-¿se encuentra bien? – dijo con una leve sonrisa en sus labios y tocando mi frente con una se sus manos, las cuales por cierto eran de suaves y tersas con dedos largos, uñas pulidas y un anillo de plata en el pulgar – no se mueva mucho, por poco y no se golpea la cabeza.
-Creo que estoy bien, solo fue un mareo el que me tiro al suelo – dije muy avergonzada por el incidente – pero ya estoy mejor, el calor me jugo chueco.
Pasado ese suceso este hombre nos acompaño hasta la parada de los taxis, e insistió que nos fuéramos en uno, pero la verdad no contábamos con el dinero suficiente para pagar la carrera. Él hablo con uno de los taxistas – ya que lo conocía – y le pidió que nos fuera a dejar a la puerta de la casa, al momento que colocaba un billete en el bolsillo de la camisa del chofer.
Al llegar a la casa me apresure para anotar en papel la patente del taxi. Mi madre me insistía que no corriera por que había tenido un desmayo hace un momento atrás. Luego subí a mi aposento para descansar un rato. Al lapso llegó mi madre con una tasa de té, según ella para recuperarme luego. A duras penas me tome el té ya que hacia mucho calor y el agua estaba hirviendo aún.
A los días siguientes me propuse ir a devolver el dinero que le había cobrado el taxista a mi salvador - así es como le llama de forma cariñosa - para no sentirme culpable al hacerle gastar su sueldo. Debo reconocer que mi madre y mi abuela me ayudaron a juntarlo.
En la micro rumbo al centro recordaba sus manos, me llamaba la atención el anillo de plata que llevaba en el pulgar, - tal vez le quedaba grande – pensaba. Miraba la calle como si lo fuera a encontrar vagando por ahí. De un frenazo volví en mí, me tenía que bajar justo, en la parada de los taxistas estaba aquel que nos había trasladado. Le pregunte si él conocía donde trabajaba mi salvado, a lo que me dio las indicaciones. Décimo piso oficina 19, golpeé la puerta con timidez al ver que no respondía nadie golpeé un poco más fuerte. A lo lejos se escuchaba un televisor encendido. Ya me había decidido por dejar una nota y el dinero por bajo la puerta, justo al agacharme abren la puerta, mi cara de asombro era impresionante, ahí estaba una ves más él, en toda su gloria y majestad.
Después de explicar lo que había sucedido ese día nos seguimos viendo como amigos, él me contó que sucedía de una ruptura amorosa y que necesitaba distraerse un poco por lo que me invito a tomarnos un trago, a lo que muy gentilmente respondí con un Si.
Bastantes meses después tuvimos nuestro ultimo adiós, una ruptura que jamás hubiera imaginado, al fin entendía el por que se su anillo en el pulgar. Mí Salvador había vuelto con su pareja. Mi mente se hundió en una grave Crisis de la cual no he logrado salir. Detrás de estas paredes blancas me encuentro a salvo de él. . . aunque a veces las paredes se tornan rojas y mi cuerpo lo hacen inmóvil con todos los fármacos que enclavan por mi boca, mis muslos y mis venas para calmar el dolor de su partida, tal como lo estoy ahora. Dicen que la muerte se puede experimentar en vida, y que el último sentido que deja de funcionar es el olfato, ¡yo doy fe de eso! Ya que en estos momentos siento el olor a perfume de mi amado, se encuentra en esta pieza a mi costado, tal como lo hacia cuando dormía y él me observaba. Siento su olor, puedo sentir sus manos en mi frente una ves más, ¡Oh dios mió, déjame verlo una ves más y sentir como sus labios acarician los míos! O simplemente déjame morir en cuerpo para no seguir más esta agonía, la cual lo hace sufrir tanto por mi culpa. ¡No! No padre, no te lo lleves de mi lado antes de morir por completo.
sábado, julio 29, 2006
Historia 3: Contesta El Fono, Hay Un Silencio.
No creas que no he leído tus mail o tu Website, por lo contrario todos los días veo si has escrito algo nuevo. Es más, si no te has dado cuenta, pero en tu habitación faltan algunas fotos de nosotros juntos en las Termas de Chillán. Recuerdas cuando nos escapamos en el auto de mi familia. Yo aún estaba en control con psicólogo por las supuestas “Crisis”.
No sé que más contarte, ya han pasado casi 8 meses de mi partida. Conseguí trabajo en una empresa del rubro agrícola. Mi jefa me asigno una casa en pleno campo. Llueve todo el día, si es que se pueden llamar días ya que no ha salido el sol hace casi 2 semanas. Ella se preocupa mucho por mí ya que le hago recordar a su hijo.
Es una casa gigantesca con paredes anchas y un techo muy alto. Tiene un segundo piso en el cual esta mi pieza, tiene un balcón el cual da al poniente, las puestas de sol me ha dicho que son fenomenales, como quisiera que observaras la vista que tiene.
Si te preguntas como lo he hecho para soportar todo este tiempo sólo, ni yo lo sé, tal ves por que he dedicado más tiempo a mi persona. He logrado comunicarme con mi madre y mis hermanos mayores, los cuales han tratado de visitarme, pero la verdad aun no los quiero recibir en mi casa, no sé como van a tomar la noticia, por lo menos saben que estoy con un trabajo.
La verdad no he aguantado las ganas, pero estoy pagando un crédito que he pedido para colocar TV satelital, para no estar tan descomunicado del mundo. Así mismo coloqué Internet y teléfono, eso si que es rural por lo que evito hacer llamadas ya que es muy costoso. Aunque cada ves que voy al pueblo y veo las cabinas telefónicas me dan ganas de llamarte. Lo he hecho, te he llamado a la oficina, pero cada ves que contestas espero a que cuelgues la llamada, tengo miedo a tu reacción. ¿Sabes por qué llamo a la oficina? Por qué ahí no tienes como identificar el número del cual te están llamando.
Aunque no lo quieras saber se que es lo que haces y los lugares que visitas, a la gente que frecuentas como por ejemplo: vas todos los martes al café, o que algunos sábados en la noche te van a visitar tus ex compañeros de universidad. Si es verdad tengo mis informantes. Una vez te dije: “Siempre me preocupare por ti” aun lo hago; la distancia no ha sido impedimento para hacerlo.
Ya son casi las 7 AM de este sábado y se hubiera cumplido un mes más. Todavía llevo el anillo que me regalaste para mi titulación hace unos años atrás. Pero en fin, el tiempo pasa y espero que sigamos madurando tal como lo hemos hecho, con altos y bajos, aunque cuesta mucho el no tenerte a mi lado cada mañana al despertar, o esperarte en la cama cada ves que estudiabas hasta altas horas de la madrugara para sacar el doctorado.
Me cuesta mucho darme cuenta que te abandone en el momento que más me necesitabas, soy culpable de mi propio engaño. Creer que tú corazón me pertenecía solo a mi, siendo que tú ya había tenido otro amor, el cual no pudiste y no podrás olvidar nunca, al igual que el mío nunca te ha olvidado.
Cada ves que contestes el teléfono y no escuches nada del otro lado, me cuentes como estas. Yo te responderé en silencio, con el dolor de mi alma te responderé y gritare en silencio todo lo que te amo para que luego cortes y mi afonía se haga llanto una vez más.
No sé que más contarte, ya han pasado casi 8 meses de mi partida. Conseguí trabajo en una empresa del rubro agrícola. Mi jefa me asigno una casa en pleno campo. Llueve todo el día, si es que se pueden llamar días ya que no ha salido el sol hace casi 2 semanas. Ella se preocupa mucho por mí ya que le hago recordar a su hijo.
Es una casa gigantesca con paredes anchas y un techo muy alto. Tiene un segundo piso en el cual esta mi pieza, tiene un balcón el cual da al poniente, las puestas de sol me ha dicho que son fenomenales, como quisiera que observaras la vista que tiene.
Si te preguntas como lo he hecho para soportar todo este tiempo sólo, ni yo lo sé, tal ves por que he dedicado más tiempo a mi persona. He logrado comunicarme con mi madre y mis hermanos mayores, los cuales han tratado de visitarme, pero la verdad aun no los quiero recibir en mi casa, no sé como van a tomar la noticia, por lo menos saben que estoy con un trabajo.
La verdad no he aguantado las ganas, pero estoy pagando un crédito que he pedido para colocar TV satelital, para no estar tan descomunicado del mundo. Así mismo coloqué Internet y teléfono, eso si que es rural por lo que evito hacer llamadas ya que es muy costoso. Aunque cada ves que voy al pueblo y veo las cabinas telefónicas me dan ganas de llamarte. Lo he hecho, te he llamado a la oficina, pero cada ves que contestas espero a que cuelgues la llamada, tengo miedo a tu reacción. ¿Sabes por qué llamo a la oficina? Por qué ahí no tienes como identificar el número del cual te están llamando.
Aunque no lo quieras saber se que es lo que haces y los lugares que visitas, a la gente que frecuentas como por ejemplo: vas todos los martes al café, o que algunos sábados en la noche te van a visitar tus ex compañeros de universidad. Si es verdad tengo mis informantes. Una vez te dije: “Siempre me preocupare por ti” aun lo hago; la distancia no ha sido impedimento para hacerlo.
Ya son casi las 7 AM de este sábado y se hubiera cumplido un mes más. Todavía llevo el anillo que me regalaste para mi titulación hace unos años atrás. Pero en fin, el tiempo pasa y espero que sigamos madurando tal como lo hemos hecho, con altos y bajos, aunque cuesta mucho el no tenerte a mi lado cada mañana al despertar, o esperarte en la cama cada ves que estudiabas hasta altas horas de la madrugara para sacar el doctorado.
Me cuesta mucho darme cuenta que te abandone en el momento que más me necesitabas, soy culpable de mi propio engaño. Creer que tú corazón me pertenecía solo a mi, siendo que tú ya había tenido otro amor, el cual no pudiste y no podrás olvidar nunca, al igual que el mío nunca te ha olvidado.
Cada ves que contestes el teléfono y no escuches nada del otro lado, me cuentes como estas. Yo te responderé en silencio, con el dolor de mi alma te responderé y gritare en silencio todo lo que te amo para que luego cortes y mi afonía se haga llanto una vez más.
martes, julio 25, 2006
Historia 2: Cuídalo De La Crisis. . .
Creo que al fin lo puedo aceptar. Después de 2 años desde que te fuiste de casa. . . todavía recuerdo cuando te parí era una fría noche de invierno. Tu padre aún no llegaba del trabajo. Estaba sola en esta inmensa ciudad, la cual se hacia cada ves más solitaria. En esos tiempos el tener teléfono aun era un lijo que solo los ricos podían tener, para que hablar de un automóvil. Había empezado con las contracciones a eso de las 2:30 de la mañana, la matrona me había dicho que si seguía con mas de 4 contracciones en 6 minutos, me tenía que ir al hospital (el cual quedaba a las afueras de la cuidad en esos entonces). Tu padre se suponía debía llegar a eso de las 2 AM. Pero aun no lograba entender que pasaba, salí de casa lo más rápido que pude, con un pequeño bolso en el cual llevaba unos pañales y ropa de algodón, la cual me había regalado mi madre hace unos mese atrás. Me dirigí rápidamente a la casa de uno de los vecinos, los cuales aún no conocía muy bien, pero sabía que tenían un teléfono el cual me podrían prestar para llamar a la ambulancia, la fuente ya se había roto. El olor a cloro era impresionante, sentía todo el camisón mojado, como si me hubieran tirado un balde con agua. Al llegar a la casa de mis vecinos golpeé la puerta con una fuerza increíble, ellos después me confesaron “creímos que eran los carabineros” a lo que no pude decir mas que “perdóneme vecino”. Ellos al abrir la puerta quedaron impresionados al verme estilando, con un bolso en la mano y una frazada a medio cubrir mi espalda.
La ambulancia tardo mas menos 15 o 20 minutos en llegar, la explicación que me dieron fue: “tuvimos que ir a rescatar a un obrero que tubo un accidente” dentro de mi desesperación por llegar luego a maternidad, la verdad, me importaba muy poco lo que había pasado antes de que me atendieran. Al llegar al hospital veo el auto del jefe de tu padre. Mi útero se contrajo y lance mi primer grito, sabía que algo malo estaba ocurriendo. Entre al pabellón de parto con 8 centímetros de dilatación, tu nacimiento ya era casi inminente, pero aun estaba angustiada. . . Tu padre aun no llegaba. Habíamos quedado de acuerdo que si yo tenia que venir al hospital de noche a parirte le dejaría una nota sobre la mesa y el se vendría. Pero ya eran más de las 4:30 AM y aun no aparecía. Entre tanto ajetreo de la ambulancia, el bolso, la frazada y los gritos de las contracciones, la matrona de felicitaba por ser tan fuerte en esos momentos, de un momento a otro escuchaba como los halagos se convertían en gritos de desesperación. Mi hija ya había nacido, pero mi útero no se contraía, empecé a sudar mas helado de lo común en esas situaciones, sentía comos las voces se transformabas en susurros, mi corazón ya no latía con la misma fuerza como lo hacia hace unos 15 minutos atrás.
Siento el llanto de un infante. . . Tiene hambre – pensaba – después de unos segundos abrí mis ojos. Las primeras imágenes que recuerdo son unas Paredes Blanca. En esos momentos me sentí más sola que nunca. Al parecer tu padre s dio cuneta y se acerco de inmediato – tranquila, me dijo – en esos momento volvió mi alma al cuerpo – no te muevas la niña esta bien- mi angustia ya se había ido al escuchar esas palabras, mi esposo y mi hija estaban bien.
Según me cuenta tu padre esa noche su jefe había tenido un accidente por fortuna no paso a mayores, nada que un yeso y unas semanas de reposo no sanaran. Años después le pregunte a tu padre acerca de aquella noche, le pedí que me explicara por qué había sido el quien acompaño a su jefe al hospital, a lo que no me respondió muy bien, ya que según él lo hacia recordar todo lo que yo sufrí esa noche para poder tenerte. La verdad es que siempre me quedaré con esa duda, pero prefiero evitar malos ratos.
Cuatro años después que nacieras nació tu primer hermano, un robusto varón de 56 centímetro y 3650 gramos. A los 2 años después tu segundo hermano, el cual desde su gestación fue un poco más especial que ustedes 2 ya que se movía de una manera increíble. Esta ves tu padre ya tenia un sueldo mucho más elevado así que opte por la cesaria. Desde que nació confirme lo que presentía: este niñito serás más especial que ustedes, necesitara más atención. No es por discriminarlos, pero es así y ustedes dos lo saben muy bien.
Años después cuando ya te habías titulado y tu hermano menor llevaba el segundo año de universidad me di cuenta que el menor de todos estaba mas solo que nunca, tu padre todo el día en el trabajo y yo sin poder hablarle ya que según él yo “no cachaba la onda”. El problema es que no podía hacerlo ya que pasaba todo el día encerrado en su pieza o en la casa de su amigo. Hasta que una vez lo encontré llorando a mares en su pieza, la puerta había quedado junta y yo recién venía llegando de la feria. Le pregunte: ¿por qué lloras hijo? – a lo que me respondió: mamá, usted no entendería. En esos momentos mi corazón sufrió un colapso. No podía creer que mi hijo me diera una respuesta de esa clase, tal vez no era la que yo esperaba, en esos momentos me di cuenta que había crecido un poco mas y yo no me había percatado. Hable con tu padre y le comente el incidente, lo que me sugirió llevarlo a un psicólogo.
Un día en la tarde lo fui a retirar antes que saliera de clases, la excusa fue algo sencilla, necesitaba que me acompañara a hacerme unos exámenes, eso si que me tenía que esperar y como él no conocía muy bien el lugar se iba a quedar con un amigo (el cual era el psicólogo). A lo que no tuve muchos reparos por parte de él. Después de unos 45 minutos entre en la sala donde lo había dejado instalado. al verla mirada que tenia supe de inmediato que tenia mucha rabia, y no solo por el engaño, si no por que no le había consultado nada antes de llevarlo. Mi sorpresa fue inmensa cuando el especialista me dijo: ¿cree que puedan asistir usted con su marido a mi consulta? A lo que respondí con una leve sonrisa en los labios: “depende del turno que este marido”. En ese momento tu hermano se introdujo en la conversa y agrego: “pero mamá el papá esta libre toda esta otra semana, creo que deberían venir ustedes por que al parecer el que tiene problemas en estos momentos no soy yo, si no que ustedes, y al parecer son problemas sexuales”. Agrego con cara de maldad.
Tres semanas después logramos darnos cuenta que nuestro hijo menor es más especial de lo que creíamos, por lo que le pido el apoyo a ustedes que son mayor que él. Les pido una completa aceptación por su parte ya que en estos momentos esta cruzando por una “crisis” según dice el psicólogo.
La ambulancia tardo mas menos 15 o 20 minutos en llegar, la explicación que me dieron fue: “tuvimos que ir a rescatar a un obrero que tubo un accidente” dentro de mi desesperación por llegar luego a maternidad, la verdad, me importaba muy poco lo que había pasado antes de que me atendieran. Al llegar al hospital veo el auto del jefe de tu padre. Mi útero se contrajo y lance mi primer grito, sabía que algo malo estaba ocurriendo. Entre al pabellón de parto con 8 centímetros de dilatación, tu nacimiento ya era casi inminente, pero aun estaba angustiada. . . Tu padre aun no llegaba. Habíamos quedado de acuerdo que si yo tenia que venir al hospital de noche a parirte le dejaría una nota sobre la mesa y el se vendría. Pero ya eran más de las 4:30 AM y aun no aparecía. Entre tanto ajetreo de la ambulancia, el bolso, la frazada y los gritos de las contracciones, la matrona de felicitaba por ser tan fuerte en esos momentos, de un momento a otro escuchaba como los halagos se convertían en gritos de desesperación. Mi hija ya había nacido, pero mi útero no se contraía, empecé a sudar mas helado de lo común en esas situaciones, sentía comos las voces se transformabas en susurros, mi corazón ya no latía con la misma fuerza como lo hacia hace unos 15 minutos atrás.
Siento el llanto de un infante. . . Tiene hambre – pensaba – después de unos segundos abrí mis ojos. Las primeras imágenes que recuerdo son unas Paredes Blanca. En esos momentos me sentí más sola que nunca. Al parecer tu padre s dio cuneta y se acerco de inmediato – tranquila, me dijo – en esos momento volvió mi alma al cuerpo – no te muevas la niña esta bien- mi angustia ya se había ido al escuchar esas palabras, mi esposo y mi hija estaban bien.
Según me cuenta tu padre esa noche su jefe había tenido un accidente por fortuna no paso a mayores, nada que un yeso y unas semanas de reposo no sanaran. Años después le pregunte a tu padre acerca de aquella noche, le pedí que me explicara por qué había sido el quien acompaño a su jefe al hospital, a lo que no me respondió muy bien, ya que según él lo hacia recordar todo lo que yo sufrí esa noche para poder tenerte. La verdad es que siempre me quedaré con esa duda, pero prefiero evitar malos ratos.
Cuatro años después que nacieras nació tu primer hermano, un robusto varón de 56 centímetro y 3650 gramos. A los 2 años después tu segundo hermano, el cual desde su gestación fue un poco más especial que ustedes 2 ya que se movía de una manera increíble. Esta ves tu padre ya tenia un sueldo mucho más elevado así que opte por la cesaria. Desde que nació confirme lo que presentía: este niñito serás más especial que ustedes, necesitara más atención. No es por discriminarlos, pero es así y ustedes dos lo saben muy bien.
Años después cuando ya te habías titulado y tu hermano menor llevaba el segundo año de universidad me di cuenta que el menor de todos estaba mas solo que nunca, tu padre todo el día en el trabajo y yo sin poder hablarle ya que según él yo “no cachaba la onda”. El problema es que no podía hacerlo ya que pasaba todo el día encerrado en su pieza o en la casa de su amigo. Hasta que una vez lo encontré llorando a mares en su pieza, la puerta había quedado junta y yo recién venía llegando de la feria. Le pregunte: ¿por qué lloras hijo? – a lo que me respondió: mamá, usted no entendería. En esos momentos mi corazón sufrió un colapso. No podía creer que mi hijo me diera una respuesta de esa clase, tal vez no era la que yo esperaba, en esos momentos me di cuenta que había crecido un poco mas y yo no me había percatado. Hable con tu padre y le comente el incidente, lo que me sugirió llevarlo a un psicólogo.
Un día en la tarde lo fui a retirar antes que saliera de clases, la excusa fue algo sencilla, necesitaba que me acompañara a hacerme unos exámenes, eso si que me tenía que esperar y como él no conocía muy bien el lugar se iba a quedar con un amigo (el cual era el psicólogo). A lo que no tuve muchos reparos por parte de él. Después de unos 45 minutos entre en la sala donde lo había dejado instalado. al verla mirada que tenia supe de inmediato que tenia mucha rabia, y no solo por el engaño, si no por que no le había consultado nada antes de llevarlo. Mi sorpresa fue inmensa cuando el especialista me dijo: ¿cree que puedan asistir usted con su marido a mi consulta? A lo que respondí con una leve sonrisa en los labios: “depende del turno que este marido”. En ese momento tu hermano se introdujo en la conversa y agrego: “pero mamá el papá esta libre toda esta otra semana, creo que deberían venir ustedes por que al parecer el que tiene problemas en estos momentos no soy yo, si no que ustedes, y al parecer son problemas sexuales”. Agrego con cara de maldad.
Tres semanas después logramos darnos cuenta que nuestro hijo menor es más especial de lo que creíamos, por lo que le pido el apoyo a ustedes que son mayor que él. Les pido una completa aceptación por su parte ya que en estos momentos esta cruzando por una “crisis” según dice el psicólogo.
lunes, julio 03, 2006
Historia 1: Hospitales En Transito.
–Ya ha pasado bastante tiempo, creo que es hora de conversar ciertos temas.
– ¿A que te refiere, me lo podrías explicar?
– Por favor, no nos veamos la suerte entre gitanos, sabes muy bien a lo que me refiero
–Si es acerca de los problemas de la universidad pierde cuidado. . .
–No me refiero a esos problemas, me refiero a los problemas que tienes con tu familia, creo que estoy en el derecho a saber que ha sucedido todo este tiempo con ellos, ¿no crees?
–La verdad no creo que te interese mucho ya que son problemas de familia. Además tú me has dicho que no quieres saber nada de ellos, por lo tanto encuentro irrelevante esa pregunta.
–De todas maneras no me estoy involucrando con ellos solo te estoy preguntando si solucionaste el problema.
En ese momento llamaron a mi celular. Mi cara de espanto era terrible, todos mis temores se habían vuelto realidad.
– ¿Qué te pasa? ¿Qué pasa? ¿Por qué tienes esa cara?
–. . .
–Apuesto que era tú ex. ¿Qué quería? Apuesto que dinero, si lo único que sabe hacer.
–Haber, para un momento, si le doy dinero o no le doy es cosa mía, eso que te que de claro, ¿me entendiste?
No pude seguir hablando en esa habitación, su presencia me molestaba, pero lo que más me molestaba es que tenia razón, pero esta ves era distinto. Quien me llamo no era precisamente mi ex, si no su madre. Llamaba para pedirme dinero – antes de lo habitual para esas fechas – pero esta ves no era para comprar alimentos, si no que para pagar la estadía en el hospital. No lo podía creer, hace uno o dos días atrás estaba bien. Le pedí de inmediato que me diera la dirección del hospital en el cual estaba internado, no dije más y partí rumbo a esa dirección, me parecía conocida.
Los tacos del transito ya eran insoportables – la lluvia seguía cayendo sin parar – después de 20 minutos esperando avanzar unos cuantos metros logre recordar donde quedaba ese hospital. Pasaron mas menos 45 minutos más y logre llegar, en la puerta estaba mi suegra, el maquillaje corrido, los ojos rojos tanto llorar. Un pañuelo con manchas de sangre y unos gritos que estremecían hasta el más cruel de los asesinos, la verdad no sabia que estaba pasando, ella solo me miro y me pidió que pasara. En ese momento la enfermera me conduce por un pasillo. Antes de entrar a la habitación me pide que me calme, que no haga ninguna tontera – al parecer se acordaba de mí – ya que aún se encontraba agitado.
Las pareces blancas con manchas de sangre y evidentes signos de golpes – al parecer con una silla – hicieron que mi corazón latiera más rápido aun. Detrás de una pequeña cortina estaba ahí echada en la cama semidesnuda tapada solo con una sabana. La de ese cuerpo tan desvalido, con los ojos idos llorosos y unas ojeras negras que parecían llegarle a los labios. Estaba bajo los efectos de sedantes sus gritos cada ves se hacían más débiles. No dije nada, solo me senté a esperar que los fármacos disminuyeran sus efectos, creo que pasaron más de 6 horas mirando el cuerpo, sin hacer nada más que esperar.
En algún momento sonó mi celular, no conteste ninguna llamada, los mensajes que mandaban no los leí hasta mi retirada del hospital. Pasaron unos minutos antes que golpearan la puerta y escucho mi nombre, una voz muy suave y dulce, era el cuerpo que estaba volviendo a la vida, me pedía que no me fuera, a lo que accedí. Golpearon la puerta: las visitas ya se deben retirar. No hice más solo esperar que cerraran esa puerta para poder despedirme. “Adiós mi amor” en esos momentos ya no quería mas sólo esperar a que se recuperara pronto, Salí del hospital y mi suegra me esperaba, me pidió que la sacara de ahí, ella no quería ir a su casa ya que el desastre que quedó después de la descompensación era inmenso. La lleve a mi departamento el cual por cierto estaba hecho un infierno.
Al día siguiente cuando desperté ya todo estaba en su lugar ella se había encargado de ordenar todo, me dirigí a la pieza de invitados donde había dormido, sólo dejo una nota, dando las gracias por haberle acompañado en ese momento difícil. Llamé a mi trabajo para avisar que depositaran el dinero para cancelar la cuenta del hospital y todos los gastos que este mencionara. Me siento a revisar mi correo en el PC. Habían muchos, pero solo abrí uno en el cual me mencionabas que ya no podías más con esto, que no soportabas el verme tan preocupado por mi ex y que te ibas al sur del país, que no te llamara más por un buen tiempo.
Ya han pasado unos 6 meses desde aquella vez, espero que esta vez leas este blog y me respondas aunque sea uno de mis correos, aún no pierdo la esperanza de despedirme de ti ya que estas letras electrónicas al parecer ya no significan nada para nadie, ya que nunca han sido leídas.
– ¿A que te refiere, me lo podrías explicar?
– Por favor, no nos veamos la suerte entre gitanos, sabes muy bien a lo que me refiero
–Si es acerca de los problemas de la universidad pierde cuidado. . .
–No me refiero a esos problemas, me refiero a los problemas que tienes con tu familia, creo que estoy en el derecho a saber que ha sucedido todo este tiempo con ellos, ¿no crees?
–La verdad no creo que te interese mucho ya que son problemas de familia. Además tú me has dicho que no quieres saber nada de ellos, por lo tanto encuentro irrelevante esa pregunta.
–De todas maneras no me estoy involucrando con ellos solo te estoy preguntando si solucionaste el problema.
En ese momento llamaron a mi celular. Mi cara de espanto era terrible, todos mis temores se habían vuelto realidad.
– ¿Qué te pasa? ¿Qué pasa? ¿Por qué tienes esa cara?
–. . .
–Apuesto que era tú ex. ¿Qué quería? Apuesto que dinero, si lo único que sabe hacer.
–Haber, para un momento, si le doy dinero o no le doy es cosa mía, eso que te que de claro, ¿me entendiste?
No pude seguir hablando en esa habitación, su presencia me molestaba, pero lo que más me molestaba es que tenia razón, pero esta ves era distinto. Quien me llamo no era precisamente mi ex, si no su madre. Llamaba para pedirme dinero – antes de lo habitual para esas fechas – pero esta ves no era para comprar alimentos, si no que para pagar la estadía en el hospital. No lo podía creer, hace uno o dos días atrás estaba bien. Le pedí de inmediato que me diera la dirección del hospital en el cual estaba internado, no dije más y partí rumbo a esa dirección, me parecía conocida.
Los tacos del transito ya eran insoportables – la lluvia seguía cayendo sin parar – después de 20 minutos esperando avanzar unos cuantos metros logre recordar donde quedaba ese hospital. Pasaron mas menos 45 minutos más y logre llegar, en la puerta estaba mi suegra, el maquillaje corrido, los ojos rojos tanto llorar. Un pañuelo con manchas de sangre y unos gritos que estremecían hasta el más cruel de los asesinos, la verdad no sabia que estaba pasando, ella solo me miro y me pidió que pasara. En ese momento la enfermera me conduce por un pasillo. Antes de entrar a la habitación me pide que me calme, que no haga ninguna tontera – al parecer se acordaba de mí – ya que aún se encontraba agitado.
Las pareces blancas con manchas de sangre y evidentes signos de golpes – al parecer con una silla – hicieron que mi corazón latiera más rápido aun. Detrás de una pequeña cortina estaba ahí echada en la cama semidesnuda tapada solo con una sabana. La de ese cuerpo tan desvalido, con los ojos idos llorosos y unas ojeras negras que parecían llegarle a los labios. Estaba bajo los efectos de sedantes sus gritos cada ves se hacían más débiles. No dije nada, solo me senté a esperar que los fármacos disminuyeran sus efectos, creo que pasaron más de 6 horas mirando el cuerpo, sin hacer nada más que esperar.
En algún momento sonó mi celular, no conteste ninguna llamada, los mensajes que mandaban no los leí hasta mi retirada del hospital. Pasaron unos minutos antes que golpearan la puerta y escucho mi nombre, una voz muy suave y dulce, era el cuerpo que estaba volviendo a la vida, me pedía que no me fuera, a lo que accedí. Golpearon la puerta: las visitas ya se deben retirar. No hice más solo esperar que cerraran esa puerta para poder despedirme. “Adiós mi amor” en esos momentos ya no quería mas sólo esperar a que se recuperara pronto, Salí del hospital y mi suegra me esperaba, me pidió que la sacara de ahí, ella no quería ir a su casa ya que el desastre que quedó después de la descompensación era inmenso. La lleve a mi departamento el cual por cierto estaba hecho un infierno.
Al día siguiente cuando desperté ya todo estaba en su lugar ella se había encargado de ordenar todo, me dirigí a la pieza de invitados donde había dormido, sólo dejo una nota, dando las gracias por haberle acompañado en ese momento difícil. Llamé a mi trabajo para avisar que depositaran el dinero para cancelar la cuenta del hospital y todos los gastos que este mencionara. Me siento a revisar mi correo en el PC. Habían muchos, pero solo abrí uno en el cual me mencionabas que ya no podías más con esto, que no soportabas el verme tan preocupado por mi ex y que te ibas al sur del país, que no te llamara más por un buen tiempo.
Ya han pasado unos 6 meses desde aquella vez, espero que esta vez leas este blog y me respondas aunque sea uno de mis correos, aún no pierdo la esperanza de despedirme de ti ya que estas letras electrónicas al parecer ya no significan nada para nadie, ya que nunca han sido leídas.
miércoles, junio 14, 2006
¿Qué Escribir?
La verdad no sé que escribir, tengo tantas cosas en mi mente que nuevamente no sé por donde empezar. Nuevamente estoy leyendo un libro que había dejado de lado hace más de un mes, esta vez espero terminar de leerlo. Aunque el tiempo se hace no lo he hecho para terminar mi lectura. Por otro lado creo que comenzaré una faceta que no he comenzado a descubrir por completo, se muy bien que me gusta el teatro, pero esta vez me han dado la oportunidad de formar parte de una compañía. Espero que pueda hacerlo bien.
Respecto a mis sueños pasados aun solo son sueños, desearía que algunos fuesen realidad y otros no. La razón es muy sencilla tengo miedo a mis propios bajones de animo – para los que no saben tengo una observación de bipolaridad – si logran leer lo antes escrito se darán cuenta.
Por otro lado esta la familia, ante eso no se puede hacer nada, son tu familia y eso no se puede negar o esconder. Pero aun así trato de respetarlos lo más que puedo. . . trato ya que a veces me sacan de mis casillas, pero a pesar de todo les doy las gracias por aceptarme, aceptar mas mis defectos que mis virtudes.
El fin de semana pasado nos fuimos a la playa unos compañeros de curso, tú yo, trato de rescatar todo lo bueno, pero en general la pase muy bien, ahí logre que me entendieran y supieran como soy de verdad, espero que se hallan dado cuenta que no soy tan mandón y mal genio como creían, aunque lo soy, pero mas que eso soy Humano y tengo sentimientos, los cuales logre mostrárselos, espero que no se hayan ofendido por mis actitudes o por cosas del momento, pero es eso el momento, ojala nos sigamos queriendo y respetando como lo hemos hecho hasta ahora.
Una canción para este momento. . . bueno es una versión de una cancion llamada How Soon Is Now. La canción original es de The Smiths, esta versión esta interpretada por Love Spit Love, esta versión aparece en el Soundtrack de la película The Craft
Respecto a mis sueños pasados aun solo son sueños, desearía que algunos fuesen realidad y otros no. La razón es muy sencilla tengo miedo a mis propios bajones de animo – para los que no saben tengo una observación de bipolaridad – si logran leer lo antes escrito se darán cuenta.
Por otro lado esta la familia, ante eso no se puede hacer nada, son tu familia y eso no se puede negar o esconder. Pero aun así trato de respetarlos lo más que puedo. . . trato ya que a veces me sacan de mis casillas, pero a pesar de todo les doy las gracias por aceptarme, aceptar mas mis defectos que mis virtudes.
El fin de semana pasado nos fuimos a la playa unos compañeros de curso, tú yo, trato de rescatar todo lo bueno, pero en general la pase muy bien, ahí logre que me entendieran y supieran como soy de verdad, espero que se hallan dado cuenta que no soy tan mandón y mal genio como creían, aunque lo soy, pero mas que eso soy Humano y tengo sentimientos, los cuales logre mostrárselos, espero que no se hayan ofendido por mis actitudes o por cosas del momento, pero es eso el momento, ojala nos sigamos queriendo y respetando como lo hemos hecho hasta ahora.
Una canción para este momento. . . bueno es una versión de una cancion llamada How Soon Is Now. La canción original es de The Smiths, esta versión esta interpretada por Love Spit Love, esta versión aparece en el Soundtrack de la película The Craft
miércoles, mayo 31, 2006
5 AM y Algo Más...
No, no, noooooooo, aún no lo puedo aguantar, aun sigo aquí, con vida, es que no soy lo suficientemente perverso como para que el diablo me deje morir? O acaso aún no soy demasiado bueno para que dios me reciba en su reino? Tal vez es cuestión de tiempo. . . por que aun sigues latiendo corazón. . . nooo, no me vengas con esas tonteras de que aún hay gente que me quiere, que me estima, que me ama, donde esta? Aun no la logro ver, acaso estoy ciego, si, lo estoy. . . ya no te veo, pero por qué sigo sintiéndote respirar en mis oídos? Aun te siendo. . . ciento como pasas por mis venas, como llegas a mis sesos que quedaron estampados en aquel vidrio, solo por un segundo mas en mi vida le pediría a ese ente que me mantiene con vida. . . por favor Libérame, libérame de esta cárcel que me tiene unido a ti, es difícil escribir estas letras, la sangre corre por mis manos no logro parar esta hemorragia, la sangre corre por mis venas hasta salir a borbotones por este papel, cada gota refleja una lagrima que salio de mis ojos, mis ojos, que te apreciaban al despertar, al dormir, al besar, al morir, mis ojos, los cuales todavía siguen abiertos esperando por ti. Son más de las 5 AM, tengo frío, mi corazón lentamente comienza a latir mas lento, por qué no estas aquí junto a mi? Aun late cada vez más débil, siento como mis piernas comienzan a tiritar, hace frío. . . me cuesta respirar, cada impulso de gritar lo hace latir nuevamente, pero no llegas, que irónica es la vida te dije tantas veces: ponte el cinturón me hacías caso, pero esta vez al salir persiguiéndote lo olvide, esas luces de frente a mi rostro pálido al verte en aquella cama, esas frías paredes de ese decadente hospital, tus padres gritándome en la cara: por qué dejaste que esto pasara?. . . no lo logre soportar, solo corrí una lagrima cayó sobre esa mortaja, muchas más caen ahora, pero esta ves no hay vuelta atrás, no es solo una la que corre por mi rostro desfigurado por el golpe, ya no es solo una lagrima común, son lagrimas con sangre. . . creí que te habías dado cuenta de mi estado de animo, pero esa ves no lo fue no lograste darte cuenta que había algo más, algo como mi angustia, mi ansiedad, mi temblor de manos, mi desganas, mis atraques, lo tomaste como solo una pataleta más, ya no hay vuelta atrás, por qué mi corazón sigue latiendo? Por favor déjame ir, deja de hacerme sufrir. Estoy a tu lado camillas distintas, una misma sala tu familia, mi familia, todos perplejos por nuestra agonía. . . Te escucho, dónde estas?. . . a mi lado?. . . pero como es esto posible, aun sigo entre los metales retorcidos?. . . Mis piernas ya no tiritan como es posible sentir solo tu calor? Por qué aun late mi corazón? . . . tengo ganas de gritar!. . . por favor calma mi angustia! me es imposible no estarlo, menos sabiendo lo que ha pasado. . . quieres que abra mis ojos? Quieres que diga tu nombre? Quieres que despierte? . . . Dónde estoy? qué me ha pasado?, si logre gritar! Tu nombre. . . no ha pasado nada?, que alegría me da el verte y sentirte nuevamente. . . esta ves espero que solo haya sido un sueño
domingo, mayo 21, 2006
“Pictures of You”
No soy bueno para el inglés, pero estoy escuchando un tema de “The Cure” la canción se llama “Pictures of You” me hace recuerdo de aqueja fotografía que tengo guardada en mi velador. Mentiría si digo que la veo todos los días, pero cada vez que ando buscando algo muy urgente abro el cajón de mi velador y la veo, también recuerdo en que lugar y situación saque esa foto, aunque a veces también me dan ganas de romper ese fotografía solo por el hecho de saber que no estas junto a mi.
¿Instinto Animal, sobreprotección o simplemente celos? Aun no logro encontrar una respuesta, al igual que un animal protege a su cría, a veces es demasiada la protección, celoso porque me intereso demasiado en la otra persona.
En este ultimo tiempo he pensado mucho, lo cual no es bueno, eso más de alguno de los que me conoce sabe que es verdad, ¿Por qué no es bueno que piense mucho? Por una razón muy sencilla, tengo una imaginación tan amplia que asusta a los demás y a mi también.
He tratado de mantenerme lo más ocupado posible para no pensar mucho, de hecho me he estado levantando un poco más temprano de lo habitual.
No tengo muchas cosas que contar, la verdad se me han olvidado algunas, y otras prefiero hacer como que las he olvidado.
Aunque no lo crean he estado bastante atento a quienes me rodean, observando todo lo que hacen, dando consejos, orientando un poco, ayudando a mis compañeros con temas que no entienden, organizando carretes y tonteras varias, además de RETAR A ALGUNOS. . . mejor ese ponto no lo explico, pero a quien le cae le cae, Uds. saben bien a que me refiero.
No hay mas que decir, tengo tantas cosas en mi cerebro, tantas alegrías, tristezas, angustias y sobre todo muchas dudas acerca de mi relación con Uds. ¿Acaso soy yo. . . Acaso eres tú?
¿Instinto Animal, sobreprotección o simplemente celos? Aun no logro encontrar una respuesta, al igual que un animal protege a su cría, a veces es demasiada la protección, celoso porque me intereso demasiado en la otra persona.
En este ultimo tiempo he pensado mucho, lo cual no es bueno, eso más de alguno de los que me conoce sabe que es verdad, ¿Por qué no es bueno que piense mucho? Por una razón muy sencilla, tengo una imaginación tan amplia que asusta a los demás y a mi también.
He tratado de mantenerme lo más ocupado posible para no pensar mucho, de hecho me he estado levantando un poco más temprano de lo habitual.
No tengo muchas cosas que contar, la verdad se me han olvidado algunas, y otras prefiero hacer como que las he olvidado.
Aunque no lo crean he estado bastante atento a quienes me rodean, observando todo lo que hacen, dando consejos, orientando un poco, ayudando a mis compañeros con temas que no entienden, organizando carretes y tonteras varias, además de RETAR A ALGUNOS. . . mejor ese ponto no lo explico, pero a quien le cae le cae, Uds. saben bien a que me refiero.
No hay mas que decir, tengo tantas cosas en mi cerebro, tantas alegrías, tristezas, angustias y sobre todo muchas dudas acerca de mi relación con Uds. ¿Acaso soy yo. . . Acaso eres tú?
jueves, mayo 11, 2006
Carta de un bipolar
Eso momentos de paz, mi mente no deja de angustiarse. . . no, es angustia, es ansiedad, ansiedad de verte una ves más, no me basta con escuchar tu voz, deseo ver, tocar, oler, sentir y oírte. El hecho de que estemos tan cerca, hablarnos todos los días no me basta. . . has estado en los mas duros momentos, junto a mi, además de los malos y peores momentos, Oh mi Dios, como deseo estar muerto. . . solo así podría dejar de pensar en ti, solo así podría hacer desaparecer este sentimiento que jamás ya antes había sentido. El saber que no estarás ahí para mí este sábado me da mucha pena. Te he hecho parte de mi vida y me es completamente doloroso el no tenerte, Te Amo. . . disculpa si lo hago, pero es un ceñimiento de mi corazón y mi mente, dos cosas que jamás creí que podría combinar, el cerebro y el corazón, abriste mis ojos y espero no cerrarlos por una lágrima de tu corazón, perdóname si te hago enojar o molestar, a veces digo cosas que no están bien, tal ves es una manera de reclamarle ala vida el hecho que no estas aquí. Perdóname si no te llamo, trato de no hacerlo para olvidar el hecho que te extraño. Perdóname si no te doy el tiempo necesario, pero no quiero tenerte tan cerca, ya que te iras una ves más de mi lado. Espero que aún sigas creyendo en mí, ya que yo lo hice una vez más. Espero que entiendas lo que escribo. Esto no es una carta de despedida, no estoy descompensado ni nada, solo que estoy tranquilo ya que logre decir lo que siento. Aún cuando estés lejos te seguiré amando, ¿siguen en pie esos planes que tenemos?, ¿acaso no los recuerdas? Un departamento, una empresa. . . ¿lograste recordar ahora?
Cuando el mundo te de la espalda, aquí estaré, detrás de estas cuatro paredes. . . Aquí estaré, sólo para ti. Te amo. Adiós.
Cuando el mundo te de la espalda, aquí estaré, detrás de estas cuatro paredes. . . Aquí estaré, sólo para ti. Te amo. Adiós.
martes, mayo 02, 2006
La verdad es que dicen. . .
Ante la familia no queda nada por hacer, creo que a veces es verdad . . . ¿por que razón?
Me pediste que te ayudara, que ibas a cambiar de pensamiento, a lo cual a regaña dientes accedí, pero a esta altura . . . mejor ni hablar, aún trato de entender como no puedes separar el trabajo de lo familiar, o sea de verdad, tú también me haces caer en el mismo juego, pero tus actitudes matriarcales en el trabajo No Funcionan, Hace mucho tiempo que deje de ser un niño que asiste al jardín, eso de que te preocupes hasta de lo que llevo en el estuche es Apestante, date cuenta, he madurado, ya cambia tus pensamientos obsesivos compulsivos, aprende a respetar a los demás y a trabajar en equipo. . . No, no me vengas a decir que si lo sabes hacer, porque según entiendo nunca has ejercido en un servicio, en cambio yo si. . . Si. . . es verdad, según tú me las doy del “Más Sabio, el que se las sabe todas, el cerebrito” tal ves es verdad, soy el Más Sabio, el que se las sabe todas, el cerebrito, pero no es por dármelas de sabiondo, trato de traspasar lo que sé a los demás, tú mima te jactabas de que yo se bastante, entonces ¿por que me criticas? Sabes que me gusta enseñar. . . pero tú no logras entender mi método, excepto cuando estas en aprietos, cuando pase eso, te daré mi ayuda, pero no me pidas que sea flexible, ya que no lo seré, por lo contrario, seré más duro que nunca.
Espero que no lo tomes a mal, por lo contrario, trata de tomarlo a bien. . . se me olvidaba que aún no logras aceptar una crítica, . . . que importa si es contractiva o destructiva, al final es una critica de igual forma. Lee esto y reflexiona acerca de tu comportamiento.
Me pediste que te ayudara, que ibas a cambiar de pensamiento, a lo cual a regaña dientes accedí, pero a esta altura . . . mejor ni hablar, aún trato de entender como no puedes separar el trabajo de lo familiar, o sea de verdad, tú también me haces caer en el mismo juego, pero tus actitudes matriarcales en el trabajo No Funcionan, Hace mucho tiempo que deje de ser un niño que asiste al jardín, eso de que te preocupes hasta de lo que llevo en el estuche es Apestante, date cuenta, he madurado, ya cambia tus pensamientos obsesivos compulsivos, aprende a respetar a los demás y a trabajar en equipo. . . No, no me vengas a decir que si lo sabes hacer, porque según entiendo nunca has ejercido en un servicio, en cambio yo si. . . Si. . . es verdad, según tú me las doy del “Más Sabio, el que se las sabe todas, el cerebrito” tal ves es verdad, soy el Más Sabio, el que se las sabe todas, el cerebrito, pero no es por dármelas de sabiondo, trato de traspasar lo que sé a los demás, tú mima te jactabas de que yo se bastante, entonces ¿por que me criticas? Sabes que me gusta enseñar. . . pero tú no logras entender mi método, excepto cuando estas en aprietos, cuando pase eso, te daré mi ayuda, pero no me pidas que sea flexible, ya que no lo seré, por lo contrario, seré más duro que nunca.
Espero que no lo tomes a mal, por lo contrario, trata de tomarlo a bien. . . se me olvidaba que aún no logras aceptar una crítica, . . . que importa si es contractiva o destructiva, al final es una critica de igual forma. Lee esto y reflexiona acerca de tu comportamiento.
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